28 de septiembre de 2013

Por la ruta a campo traviesa de El Teleférico


Seguimos preparándonos para las competencias de trail. El próximo reto será los 35k Ziró en El Chaupi (24 de noviembre de 2013), por las faldas de los Ilinizas.  

En esta semana hemos realizado tres sesiones aeróbicas de 12k y una de fuerza anaeróbica: dos series de 6 cuestas de 300 m el día miércoles.

Hoy queríamos ir al Ruco Pichincha, pero como llegamos antes que las canastas de El Teléferico inicien su servicio optamos por trepar a campo traviesa. Fue un buen entrenamiento de casi 1 000 m de desnivel positivo. Pero lo más agradable fue que nos acompañó Pedro, quien a pesar de su corta edad logró ascender y descender sin mayores problemas. 

Fueron 2h30 divertidas que las documenté con las siguientes imágenes:














Y ahora para abajo...




¡Carpe Diem!





26 de septiembre de 2013

La excelencia en los nadadores (y otros atletas)


Artículo original: John Baez | Google +

  1. La excelencia no es el producto de personalidades socialmente anormales. El mejores nadadores no son bichos raros, ni chicos solitarios que abandonaron "la vida normal de un adolescente".
  2. La excelencia proviene de cambios cualitativos en el comportamiento, no solo cuantitativos. Más tiempo de práctica no es suficiente. No solo significa mover los brazos más rápido. Un nadador de pecho de bajo nivel hace las cosas de forma muy diferente que las que realiza un nadador de élite. El nadador de bajo nivel tiende a halar sus brazos lo más atrás de su cuerpo, patear de forma muy amplia sin juntarlos al final, levanta su cuerpo lo más alto en el agua en el ciclo, y falla al ir debajo del agua por largo tiempo después del ciclo. El nadador élite rema con sus brazos y barre hacia atrás, patea de manera estrecha terminando con sus pies juntos, permanece bajo en el ciclo y va debajo del agua por larga distancia después del ciclo. ¡Son completamente diferentes!
  3. Los niveles de diferencia en la natación son como mundos diferentes, con reglas diferentes. La gente puede subir y bajar con mayor o menor esfuerzo, pero subir de nivel requiere algo muy diferente —lea el punto 2.
  4. La excelencia no proviene de alguna cualidad interna mística del atleta. Viene de aprender como hacer las cosas de la manera correcta.
  5. Los mejores nadadores son más disciplinados. Son más propensos a ser estrictos con su entrenamiento, más puntuales, miran lo que comen, duermen horas regulares, realizan calentamientos apropiados antes de sus sesiones.
  6. Las actividades que los nadadores de bajo nivel encuentran incómodas, los de élite las disfrutan. Lo que otros ven aburridos—nadar por dos horas, los mejores nadadores lo encuentran agradable, hasta meditativo, o desafiante, o terapéutico. Disfrutan las prácticas duras, buscan competencias difíciles, e intentan desafíos difíciles.
  7. Los mejores nadadores no desperdician el tiempo soñando en grandes metas como ganar los Juegos Olímpicos. Se concentran en "pequeñas ganancias": resultados menores definidos claramente que pueden ser realizados con facilidad, pero que producen efectos reales.
  8. Los mejores nadadores no se asfixian. Enfrentados con lo que parece tremendo desafío, lo toman como una situación manejable y normal. Una manera para hacer esto es apegándose a las mismas rutinas.



20 de septiembre de 2013

Uno es ninguno | 35k de Lloa

El domingo antepasado fuimos a Lloa a reconocer el sitio de la competencia de 35 km y verificar que desde nuestra casa nos tomaba cerca de una hora llegar. Este domingo salimos a las 6h00 y arribamos una hora antes de la señal de partida.

Nos encontramos con otros locos y locas amantes del 'trekking' quienes tiritando del frío nos contaban sus expectativas. Cuando ultratletas como Denisse (Nankervis) y Richard (Erazo) comentaron que "solo" correrían 20k porque no habían entrenado adecuadamente, la Flaca me dijo "parece que otra vez nos metimos en la distancia equivocada". Un par de carcajadas aliviaron la preocupación, pero estábamos conscientes que el entrenamiento había sido mínimo. Tres días a la semana de no más de 60 minutos y muchas semanas sin largas (que no pasaron de dos horas) no era la preparación física que exige una carrera en montaña de más de 35 km. 

La competencia arrancó a las 8h15. 120 competidores nos dirigimos hacia las primeras subidas a campo traviesa. Atravesamos los campos y las colinas del sector de Lloa por sitios sin senderos marcados.  Ximena iba por delante a ritmo moderado pero constante. Los primeros descensos los realizó con mucha solvencia. Sin duda, los bastones son la herramienta perfecta para estas peripecias.





Luego de cinco kilómetros de subir, bajar y subir llegamos al camino al Pichincha. Debíamos trepar cuatro mil metros más para llegar al punto más alto de toda la ruta, cerca de 3 700 msnm.  La Flaca iba unos 15 m por delante.  Sabía que en las bajadas la alcanzaba, así que decidí ahorrar toda la energía posible.  En un corto descenso hacia una pequeña quebrada pasamos por matorrales espesos. Al llegar al punto más bajo debía decidir entre seguir por las piedras del riachuelo o virar a la izquierda. Tomé el sendero de la izquierda, pero luego de unos 10' descubrí que estaba en el camino errado. Los que iban por delante ya habían coronando la colina de al frente.

Con resignación regresé al riachuelo, lo crucé y continué con el reto. La diferencia con Ximena era de unos 25 minutos. No me sentía con la energía suficiente para tratar de alcanzarla. Ni siquiera con ánimo para terminar la competencia. Cuando el cuerpo no está preparado, la mente se encarga de recordártelo a cada paso. 

A partir del kilómetro 17 hubo un descenso de unos 3k que lo bajé rápido.  Pero después de los 20k había seis de subida. Tenía muy pocas ganas para continuar y al pasar un taxi estuve a punto de pararlo.  Alrededor del kilómetro 22 logré divisar a la Flaca. Se me pasó todo el cansancio. Las sensaciones de rendición se convirtieron en sentimientos de tranquilidad y motivación.  Estábamos a 13 km de la meta, pero juntos lo íbamos a lograr.

Foto de Gabriel Cadenas
A la altura del kilómetro 23 nos topamos con Gabriel Cadenas que después de disparar su espectacular equipo fotográfico nos brindó todo su apoyo. Nos entregó agua, jugo, plátano, etc.y nos animó a continuar. Pero no se atrevió a darnos muchos detalles de lo que venía por delante.  

A menos de cinco kilómetros de la meta se acercó Santiago Gross de Ziró. Nos traía abasto. ¿Qué desean? ¿Agua, fruta, cola? ¡Espectacular! Quedamos impresionados y muy agradecidos.  

Llegamos a la meta alrededor de las 14h30. Ahí estaba esperándonos todo el equipo organizador.  Nos recibieron con gritos, flores, medalla, pan, fruta… ¡Grandes! 

Fue una competencia durísima que nos hizo pagar nuestro pobre entrenamiento pero que nos permitió comprobar que uno es ninguno y que juntos podemos superar lo que se nos ponga por delante.

¡Linda carrera! ¡Bien organizada! Estoy seguro que los pocos detalles por corregir serán solucionados para la siguiente parte de este desafío. ¡Felicitaciones a los responsables de El Desafío RUN Series!


Foto de Gabriel Cadenas
Foto de Gabriel Cadenas
¡Carpe Diem!