7 de febrero de 2024

CONSEJOS DE UN TRIATLETA PARA MANTENER UN GRAN ESTADO FÍSICO


El triatleta Chris Boettcher escribió en su cuenta de twitter estos 49 consejos para mantener un gran estado físico.  Hay mucha experiencia destilada en estas recomendaciones:
  1. Los niños sólo se moverán tanto como lo hagan sus padres.
  2. Entrena tu diafragma. Es el músculo más subestimado e infrautilizado que tienes.
  3. Tu tronco tiene poco que ver con tus músculos del sixpack..
  4. Un entrenamiento concentrado de 45 minutos es más productivo que 2 horas sin estructura.
  5. Establece un rango completo de movimiento antes de comenzar a desarrollar fuerza.
  6. Entrenamiento con pesas para tu metabolismo.
  7. Haz cardio por tu salud mental.
  8. Camina por su longevidad.
  9. Correr no es malo para las rodillas. Las caderas, los tobillos y los pies débiles lo son.
  10. Los movimientos repetitivos (nadar, correr, andar en bicicleta) crean desequilibrios. Los ejercicios con una sola pierna son clave para encontrar y abordar las debilidades.
  11. Seguirás con el cardio si encuentras una versión que te guste.
  12. Entrenamientos duros y una dieta de mierda es igual a un alto riesgo de lesionarse
  13. La aptitud física es mental. Habla positivamente sobre ti mismo y cree en tu éxito futuro.
  14. El mejor calentamiento es un movimiento simple en todo el rango de movimiento.
  15. Los paseos familiares después de las comidas no deberían ser negociables. Mejoran la sensibilidad a la insulina, la recuperación de los entrenamientos y el estado de ánimo general.
  16. La hidratación comienza los días previos al ejercicio, no la mañana del mismo.
  17. Rara vez el área del dolor es la fuente de su problema.
  18. El día de las piernas es el día más importante para mejorar la fuerza de la parte superior del cuerpo.
  19. El estiramiento estático es mejor después de la actividad y cuando se mantiene durante más de 60 segundos.
  20. Compite sólo contra el chico que está en el espejo, no contra el chico que ya lleva diez años en el gimnasio.
  21. La vida se trata de superar resistencias. No hay mejor manera de aprender esto que a través del ejercicio.
  22. Comprométete a hacer ejercicio durante una semana. Acumule algunas victorias tempranas y la bola de nieve puede convertirse en un cambio de vida.
  23. Encuentra un zapato de caída cero con una puntera ancha. Los zapatos tradicionales matan tus pies.
  24. Los niños necesitan ver a sus padres dispuestos a esforzarse y competir.
  25. Una dieta alta en proteínas no es sólo para culturistas. Si estás respirando es por ti.
  26. Encuentre su "por qué" y concéntrese en él diariamente mientras trabaja para lograr un estilo de vida saludable.
  27. El entrenamiento de la zona dos es donde construyes el motor para los deportes de resistencia.
  28. Haga ejercicio de tres a cinco veces por semana, pero muévase a diario.
  29. El fitness sostenible no debería parecer una carga. Mantenlo divertido.
  30. La cura para el dolor después del entrenamiento es el movimiento y la hidratación.
  31. No necesitas levantar 600 libras, pero necesitas trabajar tu cadena posterior.
  32. Hay pocos beneficios por correr más de tres veces por semana. Sáltate algunas carreras y agrega algo de entrenamiento de resistencia.
  33. Te duele la espalda porque tus glúteos están débiles y te sientas demasiado. Empiece a caminar cada hora y realice algunos simples ejercicios de compresión de glúteos a lo largo del día.
  34. Quítate los zapatos y camina más afuera. Comience con superficies suaves e irregulares para fortalecer sus pies y tobillos.
  35. Encuentre un compañero de entrenamiento para desarrollar la responsabilidad y la disciplina. La automotivación a menudo te fallará.
  36. Date margen para disfrutar un día pero nunca te pierdas dos veces.
  37. Tu estilo de vida promueve una mala postura. Entrena tu espalda el doble de veces que tu pecho.
  38. El entrenamiento de fuerza es para todas las edades.
  39. No necesitas hacer un Ironman pero necesitas una fecha en el calendario.
  40. La luz solar diaria mejorará tu sueño, rendimiento y longevidad.
  41. Entrenar con frecuencia cardíaca es la forma más efectiva de entrenar para eventos de resistencia.
  42. El equilibrio y la estabilidad son fundamentales para el movimiento. Independientemente de la edad, debería poder mantener el equilibrio sobre una pierna. Si no puedes empezar a practicar.
  43. La mayoría de las personas estarían mejor con más tiempo bajo tensión, con menos peso y centrándose en la buena forma...
  44. El único entrenamiento previo que necesitas es sal, un poco de cafeína y algo de fruta.
  45. La sobrecarga progresiva es clave para ganar fuerza.
  46. Nunca podrás superar una mala dieta.
  47. El peso pesado no hace daño a las personas, la mala forma sí.
  48. Realice un seguimiento de todos sus entrenamientos para maximizar su progreso.
  49. Algunos de los mejores entrenamientos se realizan simplemente con el peso corporal.
"El fitness consiste en construir un sistema sostenible que disfrutes y que puedas seguir de por vida. No todos tendrán el mismo aspecto, pero lo importante es que tengas uno en primer lugar.

Prueba cosas nuevas, participa en la competencia y explora de lo que tu cuerpo es capaz de hacer. La creación de un estilo de vida saludable comienza con el impulso."

24 de abril de 2023

SI QUIERE MEJORAR SU ESTADO FÍSICO, HAGA UNA CITA CON LAS GRADAS

Una estrategia fácil para mantenerse en forma y desarrollar un estilo de vida saludable es siempre usar las gradas. Es una gran forma para quemar calorías, construir resistencia y fortalecer las piernas.  Pero tomar las gradas no parece razonable si trabaja en el piso 20; o por el otro lado, quizás no encuentre suficientes gradas en su rutina diaria.  

Ayer, una amiga cortó nuestra conversación porque, dijo, "Tengo una cita con las gradas". Contó que en los días en los que se perdía sus sesiones de yoga, realizaba vueltas por las gradas de los tres pisos donde trabaja por alrededor de 10 minutos.  Encontré su actitud completamente inspiradora.  Usualmente tomo las gradas pero no había pensado en esta clase de rutina.

Dejar su escritorio para realizar algunas vueltas por las gradas es una gran forma para realizar un pequeño entrenamiento diario.  La próxima vez defina la zona, y vaya por esas gradas por diez minutos —regresará con energía y habrá quemado unas 60 calorías.  

Tomar las escaleras también prolonga su vida, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y es económico (mucho más barato que una clase de yoga).  También puede agregarle algo de dificultad subiendo de dos en dos.

Artículo original:  Minutes to a Healthier You: Make a Date With the Stairs | FitSugar.com

Foto: Reuben Hustler

19 de abril de 2023

CÓMO FUNCIONA EL ENTRENAMIENTO DE INTERVALOS – ÁCIDO LÁCTICO, DEUDA DE OXÍGENO Y RECUPERACIÓN

¿Porqué forzamos, descansamos un poco y forzamos otra vez?

Como el ejercicio intenso quema muchas calorías ¿porqué simplemente no forzamos todo el tiempo en lugar de mezclar períodos de descanso activo? Quiero decir, si tiene 15 minutos para realizar algún tipo de entrenamiento para quemar grasa, ¿porqué no pasar todo el tiempo corriendo o pedaleando fuerte? Esto tendrá sentido cuando explique el ácido láctico, la deuda de oxígeno y sus roles en la pérdida de grasa.


Aumentar la deuda de oxígeno para maximizar los efectos de quema posterior


Cuando realiza un pique o un circuito intenso, su cuerpo no puede entregar oxígeno a suficiente velocidad para que sea combustible para el músculo. Otro sistema de energía (anaeróbica) debe ayudar a entregar combustible al músculo. Cuando se completa un esfuerzo intenso, su cuerpo tiene que devolver la "energía prestada" ... debe oxígeno para que esos músculos regresen a su estado normal. Mientras más energía requirió su cuerpo durante un ejercicio intenso más oxígeno debe ... esto se llama 'Deuda de Oxígeno'.


Una gran "deuda de oxígeno" es la clave para potenciar el metabolismo


Así que después de un esfuerzo intenso como un sprint, continuará respirando con fuerza y su pulso cardiaco estará elevado ¿Tiene sentido? Su metabolismo está operando a una tasa alta (tasa respiratoria y cardiaca) para pagar la deuda de oxígeno que prestó. Estoy simplificándolo un poco, pero ese es el principio básico. Mientras más grande sea la deuda de oxígeno creada por un entrenamiento más tiempo tomará pagarla ... con el beneficio de más calorías quemadas por un mayor período de tiempo después de haber realizado el ejercicio.


La mejor manera para crear una gran deuda de oxígeno


Para crear una deuda de oxígeno, el esfuerzo debe ser lo suficientemente intenso para pasar al estado de "préstamo de energía" – o– modo anaeróbico.  Sprinting (piques) o un apropiado entrenamiento de resistencia es la forma de conseguirlo.  El combo de esfuerzos intensos con respiración difícil, es la mejor manera para asegurar la máxima deuda de oxígeno. Esta es una de las razones por las que el entrenamiento de intervalos es ideal para el potenciamiento del metabolismo.


La nueva forma de ver al ácido láctico


El ácido láctico es el resultado del esfuerzo intenso y los entrenadores solían decir a sus atletas que eviten el entrenamiento que produzca demasiado ácido láctico. El profesor Thomas D. Fahey de la California State University piensa de forma diferente ... "El cuerpo convierte la glucosa en lactato, una sustancia removida y usada de forma rápida ... Usar el lactato como un carbohidrato intermediario ayuda a metabolizar los carbohidratos de su dieta, sin aumentar la insulina o a la estimulación de la síntesis de grasa." Así que ... el ácido láctico ayuda a que su cuerpo queme más carbohidratos y por lo tanto más calorías ... ayudándole en la pérdida de peso.


La mejor manera de aumentar el ácido láctico


Otra vez ... un esfuerzo intenso que no pueda ser sustentado por demasiado tiempo es lo que aumenta el ácido láctico. Lo que hace que tenga sentido que quiera realizar algunos de estos esfuerzos intensos. ¿Quiere realizar un esfuerzo intenso, descanse un poco, y luego realice otro esfuerzo intenso ... le suena familiar? Es una exacta descripción del entrenamiento de intervalos.


Realizando la parte intensa con intervalo con poco descanso


Ya hemos hablado del porqué el presionar duro antes de perder el aliento es una manera de aumentar la deuda de oxígeno, y de aumentar el ácido láctico. Después de un esfuerzo intenso se acumula un poco de ácido láctico en el músculo para después empezar a ser removido por su cuerpo. Se debe realizar otro esfuerzo intenso antes que el cuerpo se recupere para ayudarlo a acumular más ácido láctico en sus músculos. Con intervalos suficientes tendrá una acumulación de ácido láctico ... y debido a esto, su cuerpo podrá quemar más calorías de lo normal después que ha terminado su entrenamiento.


Los intervalos apropiados aumentan el ácido láctico y la deuda de oxígeno


Una apropiada rutina de entrenamiento de intervalos debería tener el descanso suficiente para poder presionar fuerte para el siguiente intervalo ... y usted debería estar respirando con gran dificultad cuando la serie completa haya terminado.


Artículo original: How Interval Training Works | FitnessBlackBook

Foto: Jeremy Lapak | Unsplash.com 

12 de abril de 2023

MI PRIMER TRIATLÓN DE DISTANCIA MEDIO IRONMAN | GUAYASMAN 2009

El despertador debía sonar a las 03h50 pero diez minutos antes ya estaba comiendo una barra de granola y tomando una botella de gatorade. La noche anterior dejé listas tres fundas con los implementos para cada etapa: wetsuit (traje de neopreno para la natación), gafas, gorra y chip (que lo había retirado el sábado de las oficinas de los organizadores: DM3) para la natación; casco, guantes, camiseta, tarjeta con el número de competidor, medias, zapatos con trabas para el ciclismo (tubo de repuesto, herramientas y bomba ubicados en la bici) y para la etapa de la media maratón: camiseta, pantaloneta y zapatos. Salí a las 05h00 del hotel (el resto de la familia iría después de desayunar porque la competencia empezaría a las siete y esperaba salir del agua alrededor de las ocho de la mañana).

A las 05h30 llegué al Parque del Lago (Represa de Chongón | Guayas); quince minutos más tarde arribaron los organizadores y el resto de competidores y amigos. Alrededor de las 7h15 empezaron a nombrar a los inscritos para que ingresen con sus cosas al sitio asignado para dejar los implementos para el ciclismo y el atletismo y para que se alisten para la partida de la natación.

¿Y el chip de competencia?

Coloqué la bicicleta y empecé a abrir las fundas preparadas: primero la de natación. Me coloqué la parte inferior del wetsuit y busqué el chip dentro de la funda correspondiente ¿y el chip?

Vacié las tres fundas. Salí corriendo a revisar en el auto. Llamé a la Flaca para que revise en la habitación del hotel, pero no, el chip no aparecía. Busqué a los organizadores y les comenté mi tragedia y cuando estaba a punto de convencerles para que me activen un nuevo dispositivo, Margarita (Balseca) se acerca y me pregunta que es lo que está pegado en la parte posterior de mi traje, lo retira y me indica, ¡¡¡era el chip!!! Todo ese correteo de búsqueda lo había hecho con el chip pegado a mi espalda. Le agradecí emocionado y corrí hacia mi puesto a tratar de colocar en orden todo el caos creado por la 'misteriosa' desaparición.

1.9 km de natación

Me acerqué al punto de partida y vi que algunos triatletas estaban dentro del agua calentando. Observé las enormes boyas amarillas que marcaban los vértices de un triángulo equilátero de 300 m de lado y recordé que me contaron que cuando se ingresaba al agua en el Guayasman no se las podía ver. Eran enormes ¿porqué no se las podría ver? ¿Será que las de este año son más grandes? Nadé unos pocos metros y comprobé que las boyas eran perfectamente visibles, especialmente cuando las gafas no se empañan y están bien puestas para que no ingrese agua a los ojos (como me había pasado en los entrenamientos). Escuché otra vez a los organizadores quienes llamaban para empezar la competencia. Salimos del agua para pararnos ante la alfombra de partida.

En sus marcas, listos y al agua. Me coloqué al lado derecho del grupo, pasé las boyas blancas que marcan el inicio de la ruta y seguí rumbo al primer vértice. Nadé relajado y tranquilo hasta cruzar los primeros 350 m —recordaba que la primera vez que me pidió el instructor que demuestre mis habilidades acuáticas logré con las justas cubrir diez metros y que demoré más de seis meses para lograr que las piernas floten sin los pullboys. Miraba hacia adelante cada diez brazadas pero me di cuenta que debía levantar la cabeza con más frecuencia para no desviarme demasiado de la trayectoria. Llegué a la primera boya –aquella en la que un buen amigo (gran nadador que cubría cuatro piscinas seguidas mientras yo con las justas completaba una y debía descansar un minuto para empezar la siguiente) me contó que al llegar la agarró y no la soltó más porque sintió pánico de ahogarse. Me sentía con gran confianza, los dos entrenamientos previos en aguas abiertas (uno en el mar y otro en el mismo lago) eliminaron el pánico escénico, así que viré a la izquierda rumbo al segundo vértice del triángulo.

A medida que avanzaba sentía que la adrenalina invadía cada célula de mi cuerpo, estaba pasando con solvencia la prueba más temida, nadando con seguridad y con poco gasto de energía en un lago que tiene 40 m de profundidad. Solamente tenía que preocuparme por marcar bien la dirección y seguir nadando. Con ese ritmo y comodidad completé la primera vuelta, los primeros novecientos cincuenta metros.

Me faltaba solo una vuelta más, así que decidí disfrutarla completamente, estirándome todo lo posible hacia adelante y tratando de realizar cada brazada como indican los manuales (que de las piernas se encargó el traje de neopreno). Realicé el conteo acumulativo (algunos atletas reconocidos de largas distancias recomiendan no contar lo que nos falta sino lo que ya hemos cubierto) al paso de cada boya: 1 250, 1 550, 1 850 y los últimos 50 para salir del circuito hacia tierra firme. Este lapso final fue espectacular, me sentía en las alturas, enorme y con una paz indescriptible. Derroté a un monstruo de toda mi vida. Vencí a mi temor a las aguas abiertas y cumplí la primera manga del triatlón. Mi éxtasis fue interrumpido por los gritos de Ximena y mis cuatro hijos que me alentaban a continuar con mi sueño. Cincuenta y dos minutos marcó mi cronómetro al salir del agua, 5 minutos más rápido que mi estimación inicial.

90 km de ciclismo

Al recorrer descalzo sobre el camino antes de empezar la natación sentía cada piedrita y huequito del lastrado, pero al correr después de salir del lago parecía que era un camino alfombrado. Llegué a la zona de transición y procedí a sacarme el traje, ponerme el casco, los guantes, la camiseta, el cinturón con el número de competidor, los zapatos con trabas y a correr con la bicicleta a un lado para pasar por la alfombra que marcaba el inicio de la segunda manga del triatlón.

La ruta consistía de dos vueltas de 44 km (en la vía a la Costa, rumbo a Salinas) más los 2 km de ingreso y salida del parque. Era la misma ruta que hicimos en nuestro entrenamiento en Chongón meses atrás. Un trayecto con muchas subidas y bajadas. Decidí pedalear con fuerza pero con prudencia (después de estos 90 km me esperaban los 21,1 km de atletismo), las cuestas las aplané con los piñones más grandes y para las bajadas usaba el más pequeño para ponerle la máxima velocidad posible que me permitían las piernas. Es en esta etapa que nos recomiendan comer e hidratarnos, así que cada 30 minutos procuré usar los gels, tomar gatorade y el agua de los abastecimientos. Para mi próximo reto implementaría algunos cambios en el aprovisionamiento en la bici, tratando de aplicar lo que vi en los triatletas de élite: doble y hasta triple porta botellas, geles pegados con masking en la bici y el aparentemente muy útil ironbar. Se me acabó la única botella que portaba y cuando usaba los geles no tenía ni una gota de agua para digerirlos. Las zonas oficiales de abastecimiento estaban cada 7 km, por lo que debía pedalear alrededor de 15 minutos para conseguir más hidratación.  En el primer intento busqué atrapar la funda de agua sin disminuir la velocidad, pero mis destrezas todavía no están a ese nivel. No logré sostenerla y debí pedalear otro cuarto de hora para, ahí si, parar y tomar la funda con el líquido vital. La lección fue aprendida, no me salté un solo puesto más de abastecimiento.

En el circuito nos cruzábamos con todos los competidores y por supuesto con tod@s l@s ruter@s. Nos saludábamos, nos hacíamos señas, nos gritábamos, pero mi amigo Christian (Loaiza) no aparecía, nos habíamos visto una sola vez y era muy extraño que no nos hayamos cruzado nuevamente. Al estar en la ruta de retorno de la segunda vuelta le encontré cambiando la llanta. Habíamos previsto todo y sabíamos que si pinchábamos sufriríamos un gran retraso, pero Christian tuvo cuatro incidentes con su llanta posterior. Su retraso superaba la hora, por lo que debió resignarse y abandonar su primer intento hacia el triatlón de 113 km. El caso de Christian es sorprendente, si yo temía a la natación, el me había contado que sentía pavor. Sin embargo, en estos últimos meses logró mejorar su natación y superó el miedo escénico en nuestro entrenamiento en Chongón. Nadie puede dudar de su gran fortaleza en el atletismo y enorme potencia en la bicicleta. No completó la prueba por falta de entrenamiento ni de capacidad. No la culminó porque le pasó lo que todos rogábamos que no nos suceda. Si éramos novatos en el triatlón, nos declarábamos (al menos yo me declaraba) absolutamente inútil para cambiar una llanta. En una de las rutinas de preparación en mi casa, les dije que me tomen el tiempo para realizar el cambio de un tubo por otro nuevo (no tenía intención alguna de meterme a sofisticadas actividades de lijado y parchado) y demoré 40 minutos. Las miradas de compasión de mi familia lo decían todo: "ojalá no se te pinche una llanta en la competencia", dijeron en coro. ¡¡Fuerza Christian!! Parece que tu camino hacia el IM226 no necesitó del Guayasman 2009.

Completé mi segunda vuelta e ingresé al parque para pasar otra vez por la alfombra y dirigirme a la zona de transición. Había cubierto los 90 km a un promedio de velocidad de 28 km/h, pero sabía que el circuito fue más fuerte de lo previsto. Al empezar hace 26 semanas la aventura en la bicicleta con mucho esfuerzo conseguía superar los 26 Km/h en una distancia de 30 km, así que me di por satisfecho de haber terminado la segunda manga y de no haber sufrido percance alguno en todo el trayecto.

21.1 km a pie

Dejé la bicicleta recostada y me cambié lo más rápido que pude para empezar la media maratón. Sentía que ya todo estaba hecho, las dos etapas que más me preocupaban habían terminado con éxito y ahora me quedaban 21 km para disfrutar y meditar todo lo recorrido para estar ahí, en ese momento y en ese lugar, después de haber cubierto 92 km de los 113 km de la distancia medio ironman.

Ya lo había previsto en el transcurso del recorrido de bicicleta. Si llegaba con éxito a este punto de la competencia no me preocuparía ni de las pulsaciones ni de los ritmos, es más, no me coloqué ni la banda ni el Garmin. Realizaría el trote más placentero que permita el clima y el cuerpo y buscaría asimilar cada minuto antes de cruzar la meta.

No miraba el reloj, simplemente quería seguir contando de manera acumulativa cada kilómetro avanzado. El circuito consistía de tres vueltas de 7 Km. Al completar la primera vuelta vi a mi entrenador Raúl (Ricaurte) por segunda vez (la primera vez me alentaba justo al arrancar la etapa de ciclismo) quien me motivaba a darle con más velocidad, pero le dije que no se preocupe porque no me importaba el tiempo, que solamente quería disfrutar de ese momento. ¡Adelante, de eso se trata esto! me respondió. Cuando terminé la primera vuelta estaba mi familia y mis amigos gritándome y alentándome. Les sonreí y grité... ¡Van 99 km!

Seguí hacia la segunda vuelta. La temperatura aumentaba y sentía que mi cuerpo ardía. En cada puesto de abasto pedía dos fundas que me las vaciaba completamente desde la cabeza. Me recuperaba del calor y contemplaba ese imponente lago de Chongón que lo había nadado algunas horas atrás. Saludaba con mis amigos que estaban en la misma aventura y pensaba que esto estaba muy cerca de su fin. Terminé la segunda vuelta y grité a todo pulmón... ¡Van 106 km!

Y empecé la última vuelta, apenas 7 km me separaban de clasificar a las finales de mi personal campeonato mundial deportivo. Estaba a punto de ganar mi partida de semifinales y de cumplir con un importante paso antes del gran objetivo. Me sentía con fuerzas, así que faltando cuatro kilómetros subí la velocidad para buscar alcanzar a alguno de los tantos compañeros de armas que me habían pasado como a poste. Faltando 1 500 m se acerca mi compañera, amiga y esposa, quien estaba preocupada por mi ritmo de carrera por lo que decidió acompañarme en esta última parte. Le dije que iba a subir la velocidad y que me espere en la meta. Mi tiempo en la media maratón fue el más lento de todos mis registros anteriores, 2h25 (mi mejor marca en 21,1 km es de 1h45 y el año pasado en Alemania corrí muy cómodo en 1h49), pero sin duda alguna la que más he disfrutado. Pedro me esperaba con ansias, le había pedido que me aguarde en la entrada, porque quería que me acompañe a ingresar a la meta. Y así lo hizo, me tomó de la mano y juntos pasamos la meta de 113 km. Sofía filmaba, Salomé tomaba fotos y la Flaca me abrazaba.

¡¡¡Lo logramos, porque este fue un sueño en la que toda la familia estuvo involucrada!!!

Este relato fue escrito en varias etapas. Debí interrumpirlo en algunas ocasiones porque rompía en llanto al pensar que lo había logrado. No lo podía creer, pasaron las horas y la emoción creció. Recuerdo la admiración que sentía por aquellos que contaban su hazaña de haber terminado el Guayasman y desde ese domingo me uní a ese grupo de personas que consideramos que no hay imposibles, solo metas por las que debemos trabajar con disciplina y consistencia. Me tomé una semana de descanso deportivo y desde la siguiente empecé a planificar mi participación en la gran final ... el IRONMAN de 226 km.

Fotos: Salomé Torres (excepto las dos marcadas con la leyenda de Guayasman)

5 de abril de 2023

MI PRIMERA EXPERIENCIA DE NATACIÓN EN LA LAGUNA DE CUICOCHA | JULIO 2010



Esta era la 'conversación' por correo electrónico con Christian (Loaiza) previo al entrenamiento de natación en el lago de Cuicocha  (a 120 km al norte de Quito y más de 3 000 msnm):

CL:  Acabo de leer que Cuicocha si tiene fondo ... es de APENAS 180 metros

RT:  ¡AAAhhhh!  Ahora si me quedo más tranquilo

CL:  O sea ... con mucho esfuerzo pero si pueden encontrar los cuerpos ... salvo que ahí también viva algún lagarto como en Chongón o talvez pirañas mutantes que soporten bajas temperaturas o cangrejos criminales como la canción de Héctor Napolitano.

RT: El problema es que el autor de la nota que leíste no se enteró que Cuicocha está en el cráter de un volcán y que los cuerpos pueden salir en la próxima erupción del Tungurahua, y ahí si va a ser difícil identificarlos.

CL:  La solución es hacernos un mapeo genético hasta el viernes y nadar con esas placas de identificación que usan los militares

RT:  Pero les tendremos que grabar en grafito o diamante porque a la temperatura de la lava, fusión segura.

Ese era nuestro ánimo antes de realizar nuestro primer entrenamiento en aguas abiertas en la hermosa laguna de Cuicocha. Reorganizamos la tabla de entrenamiento. Cambiamos la jornada de bici + larga de trote del domingo para el viernes y trasladamos el entrenamiento de natación para el domingo 25 de julio de 2023 en Cuicocha.

Richard (Erazo) acompañado de Martha, Christian (Loaiza) con Wendy (Calapaqui) y yo con la Flaca y nuestros cuatro hijos llegamos cerca de las 07h00 al sitio que se había convertido en el lugar de entrenamiento de los triatletas. A pesar de la baja temperatura del agua (alrededor de 13ºC), no tiene los problemas de contaminación de sitios que están a menos altura como San Pablo o Yaguarcocha.  

Había una inusual cantidad de gente. Habíamos escogido, sin saber, el día en el cual la ciudad de Cotacachi organizaba la 14a. travesía al lago de Cuicocha. Los competidores partirían del muelle y girando en sentido horario alrededor de los islotes completarían una vuelta de 4,5 Km.

La mala noticia era que estaba prohibido el ingreso al lago.  Debíamos esperar cerca de cuatro horas.  Si queríamos nadar en ese momento teníamos que ser parte del evento. Así que nos pusimos en la fila de registros y nos inscribimos.

Nos apuramos a ponernos nuestros wetsuits y nos acercamos de manera tímida al muelle.  Al estar con los gorros de competencia estábamos oficialmente dentro de la carrera.

El plan era ingresar al agua con el traje de neopreno y con aletas, nadar hacia el islote del centro (a unos 800 m del muelle) y regresar. De acuerdo a nuestras sensaciones repetiríamos la distancia. Queríamos completar alrededor de 3 000 m.

Una voz dentro de mi cabeza me dijo: estás con wetsuit y aletas y has entrenado con constancia en la piscina, así que porque no aprovechas la logística de la competencia e intentas unirte a los competidores. ¡Me aconsejó darme una vuelta al lago!. No tenía ni un metro de experiencia de natación en Cuicocha, pero no me pareció mala idea.

Sonó el disparo de la largada. Todos lo nadadores se lanzaron como delfines. Respiré y decidí seguirles. Uno, dos, tres y al agua. Sentí un cambio brusco de temperatura, pero empecé a nadar con fuerza con dirección del pelotón de nadadores, pero algo no andaba bien. No estaba sumergiendo mi cabeza para la expiración. Parecía un completo novato. 

Quise relajarme y empezar a nadar normalmente. Introduje  la cara en el agua. Me sorprendió su temperatura. Estaba heeelaaadaaa. No fui capaz de botar el aire ¡No tenía aire alguno que exhalar! ¡No estaba respirando! En ese momento descubrí que mi pecho estaba completamente cerrado y que estaba en serios problemas. 

Vi a una de las lanchas que acompañaba a los nadadores y de manera ingenua quise alcanzarla para que me ayuden. La lancha iba a la velocidad de los últimos nadadores que avanzaban rapidísimo. Me sentía muy cansado. Avanzaba con la cabeza sobre el agua como si nunca habría pasado por un curso básico de natación. La lancha se veía cada vez más lejos. Me rendí.  Era imposible alcanzarles.  

Debía regresar por mis propios medios. El muelle estaba lejísimo. Las mismas aletas que tanto me alejaron me tenían que sacar. No respiraba con normalidad y estaba haciendo todo el esfuerzo físico posible con brazos y piernas. Los familiares de los nadadores deben haber visto una escena muy patética. Mientras los chicos y chicas avanzaban con solvencia para darse la vuelta a la laguna, en el agua estaba yo, un novatazo con traje de neopreno y aletas, intentando no ahogarse.  Cuando llegué al punto de partida no podía pronunciar una palabra, estaba fundido, mis brazos estaban tan débiles que no lograba salir del agua.

Christian había sufrido el mismo percance pero regresó, de forma muy prudente, enseguida al muelle.  Parece que el brusco cambio de temperatura afectó nuestros organismos. Aquella sensación de ahogo que nuestra compañera de aventura y experimentada nadadora Mary (Ledesma) (en su primera aventura en Cuicocha) atribuyó a su ajustado traje pudo deberse a alguna contracción muscular  interna. Al sumergirnos de forma brusca al agua fría, sin una adaptación previa a la temperatura, produce un espasmo muscular que cierra de manera inmediata el pecho.

Segundo intento

Abandoné la idea de darme una vuelta de 4,5 km y volví al plan original.  Pero antes realicé "burbujitas" para asegurarme que podía exhalar dentro del agua. "Respirando, cualquiera," bromeé internamente.

Con el traje y las aletas sentía que me deslizaba con velocidad.  El agua era fría pero me sentí cómodo.  No pasó mucho tiempo y había llegado al islote.  Pensaba que ahí podría detenerme para algún descanso, pero solo veía vegetación y nada parecido al muelle de partida.  Dí media vuelta y emprendí el regreso.

Última vuelta

Aletas afuera, y otra vez al agua para recorrer los últimos 1 600 metros.  Delicioso, fui y regresé con mucha tranquilidad y con la seguridad de que este lugar sería nuestro sitio oficial de entrenamiento en aguas abiertas.

Mi amigo Richard parecía un habitante acuático del área. Se divirtió como enano y fue muy solidario con todos.  Christian logró vencer su temor inicial y logró ir al islote y regresar.  Habíamos terminado la primera mitad de nuestro entrenamiento. Habíamos completado 15 semanas de las 30 programadas para el día de la competencia ironman en noviembre de 2010.


De izquierda a derecha: Christian, Richard y yo

Fotos: Salomé Torres y Ángelo Chamba