Artículo original: What Makes Finnish Kids So Smart?
By Ellen Gamerman
February 29, 2008;
THE WALL STREET JOURNAL
Los adolescentes de Finlandia alcanzan calificaciones extraordinariamente altas en las pruebas internacionales. Los educadores estadounidenses buscan descubrir por qué.
Los estudiantes colegiales de aquí muy rara vez utilizan más de media hora para realizar la tarea en la noche. No tienen uniformes, ni sociedades de honor, ni estudiantes que den el discurso de graduación, ni campanas tardías, ni tampoco clases para los talentosos. Existe una pequeña prueba estandarizada, pocos padres agonizando alrededor del edificio y niños que empiezan la escuela hasta no tener siete años.
Pero en una medida internacional, los adolescentes finlandeses están entre los más listos del planeta. Ganaron algunos de los registros más altos para estudiantes de 15 años en una prueba realizada en 57 países. Los adolescentes de EEUU terminaron entre los de promedio C a pesar de que sus profesores les llenan de deberes estándares y reglas. La juventud finlandesa, como la estadounidense, también pasan horas en Internet, tinturan su pelo, aman el sarcasmo y escuchan rap y heavy metal. Pero en el noveno grado están bien preparados en matemáticas, ciencia y lectura -- en el camino de mantener a los finlandeses entre los trabajadores más productivos del mundo.
Los finlandeses llaman la atención por su desempeño en las pruebas que se realizan cada tres años por la Organización para la Cooperación Económica y Desarrollo (OECD), un grupo fundado por 30 países, que controla las tendencias sociales y económicas. En la última prueba, enfocada en ciencia, los estudiantes de Finlandia se ubicaron en primer lugar en ciencia y cerca del tope en matemáticas y lectura, de acuerdo a los resultados publicados a finales del año pasado. Una cuenta no oficial de los registros de Finlandia les coloca en primer lugar a nivel general ... EEUU se encuentra en la mitad en ciencia y matemáticas; sus registros de lectura no se consideraron por una falla del sistema. Cerca de 400.000 estudiantes de todo el mundo contestaron preguntas de selección múltiple y ensayos en la prueba que medía el pensamiento crítico y la aplicación del conocimiento. Un tema típico: discuta el valor artístico del graffiti.
Siguiendo a Fanny Salo de 15 años de Norssi se tiene un fugaz vistazo de su hoja de vida libre de adornos. Fanny es una entusiasta chica que cursa el noveno grado que ama los libros "Gossip Girl", el programa de televisión "Amas de Casa Desesperadas" e ir de compras a los almacenes H&M.
Fanny obtiene muchas calificaciones A, y sin clases adicionales a veces garabatea en su diario mientras espera que los demás le alcancen. Con frecuencia ayuda a sus compañeros atrasados. "Es divertido tener tiempo para relajarse un poco en la mitad de la clase," dice Fanny. Los educadores finlandeses creen que consiguen mejores resultados al concentrarse en los estudiantes más débiles en lugar de presionar a los estudiantes dotados a sacar más ventaja de los demás. La idea es que los estudiantes brillantes puedan ayudar a los promedio sin perjudicar su progreso.
En el almuerzo, Fanny y sus amigos dejan el campus para ir a comprar salmiakki (dulces). Regresan para la clase de física, donde la clase empieza cuando todos callan. Profesores y estudiantes se tratan por el nombre. Algunas de las pocas reglas son no celulares, no iPods y no sombreros.
Las más rebeldes de las compañeras de Fanny tiñen de negro su pelo rubio o se realizan trenzas rosadas. Otras utilizan camiseta sin mangas y y zapatos de aguja para parecer resistentes al gélido clima. Las lociones de bronceado son muy populares. Los adolescentes se distinguen por su estilo, que puede ser "fruittari", "hoppari" o "fruittari-hoppari" que funde ambos. Pregunte algo demasiado obvio y escuchará "KVG," las siglas de "búscalo en Google, idiota." Los fanáticos de Heavy-metal escuchan a Nightwish, una banda finlandesa, y los adolescentes socializan en línea en irc-galleria.net.
La escuela Norssi es como un hospital de enseñanza, con alrededor de 800 profesores aprendices cada año. Los estudiantes graduados trabajan con los niños mientras los instructores evalúan desde los alrededores. Los maestros deben tener maestrías. La profesión es muy competitiva: más de 40 personas pueden aplicar para una sola vacante. Sus salarios son similares a la de los maestros estadounidenses, pero con mayores libertades.
Los profesores finlandeses toman los libros y las lecciones personalizadas mientras preparan a sus estudiantes para los estándares nacionales. "En la mayoría de países, se siente a la educación como una fábrica de autos. En Finlandia, los profesores son emprendedores," dice el Sr. Schleicher, de la OECD de París (donde empezaron las pruebas internacionales para estudiantes en el 2000).
Una de las explicaciones del éxito finlandés es su amor a la lectura. Los padres de los recién nacidos reciben un regalo (pagado por el gobierno) que incluye un libro de fotografías. Algunas librerías se encuentran los 'malls' y un bus de libros viaja a los vecindarios más remotos.
Los finlandeses no comparten su idioma con otro país, e inclusive los libros más populares en inglés son traducidos aquí antes de que sean publicados por primera vez. Muchos niños luchan por leer el último libro de Harry Potter en inglés porque temen que alguien les cuente el final antes de que llegue a Finlandia. Las películas y los programas de TV tienen subtítulos en lugar de ser doblados. Un estudiante dice que llegó a ser una lectora muy rápida de niño porque le encantaba la serie de 1990 "Beverly Hills, 90210."
En noviembre, una delegación de EEUU les visitó, esperando aprender como los educadores escandinavos usaban la tecnología. Los oficiales del Departamento de Educación, la Asociación Nacional de Educación y la Asociación de EEUU de Libreros Escolares vieron a los profesores finlandeses con pizarras de tiza en lugar de las de tablero de vidrio, y las lecciones eran mostradas con retroproyector en lugar de PowerPoint. Keith Krueger estaba menos impresionado por la tecnología que por la manera de enseñanza. "Uno se pregunta como nuestro país puede conseguir eso," dice Krueger, presidente ejecutivo del Consorcio de Redes Escolares, una asociación de funcionarios de tecnologías escolares que organizó el viaje.
La finlandesa Elina Lamponen vio las diferencias de primera mano. Pasó un año en la secundaria de Colon, Mich., donde las estrictas reglas no se traducían en lecciones difíciles o estudiantes dedicados, dice la Sra. Lamponen. Ella preguntaría a sus estudiantes si hicieron los deberes. Ellos responderían: "No ¿Y que hiciste anoche?" recuerda. Las pruebas de historia eran de selección múltiple. La muy rara pregunta de ensayo, dice, tenía muy poco espacio para escribir. Los proyectos de ensayo eran de largo "pegue esto al afiche durante una hora," dice. La escuela secundaria finlandesa obligó a la Sra. Lamponen, a repetir el año cuando regresó.
Lloyd Kirby, superintendente de las escuelas de la comunidad de Colon al sur de Michigan, dice que a los estudiantes extranjeros se les dice que pidan trabajo extra si creen que las clases son demasiado fáciles. Dice que están tratando que sus escuelas sean más rigurosas pidiendo a los padres que exijan más a sus hijos.
A pesar de la aparente simplicidad de la educación finalndesa, sería difícil replicar en EEUU. Con una población muy homogénea, los profesores tienen pocos estudiantes que no hablan finlandés. En EEUU, cerca del 8% de los estudiantes están aprendiendo inglés, de acuerdo con el Departamento de Educación. Existen pocas disparidades entre los niveles de ingresos y educación de los finlandeses. Finlandia separa a los estudiantes para los últimos tres grados de la secundaria de acuerdo a sus notas: 53% van a la secundaria y el resto ingresa a una escuela vocacional. (Todos los estudiantes de 15 años toman la prueba PISA.) Finlandia tienen una tasa de abandono escolar de 4% -- o 10% de las escuelas vocacionales -- comparadas con el cerca del 25% en EEUU.
Otra diferencia sustancial. Cada año escolar, EEUU gasta un promedio de US$ 8.700 por estudiante, mientras Finlandia gasta US$ 7.500. Los altos impuestos del gobierno finlandés proveen de manera casi similar un fondo por alumno, a diferencia de las disparidades entre las escuelas públicas de Beverly Hills, por ejemplo, y las escuelas en los distritos pobres. La brecha entre las escuelas de mejor y peor desempeño de Finlandia fue la más pequeña de todos los países de la prueba PISA. EEUU se encuentra en el promedio.
Los estudiantes finlandeses tienen poca angustia sobre conseguir ingresar a la mejor universidad, y ninguna preocupación en como pagarla. La Universidad es gratuita. Existe competencia entre universidades en base a las especialidades académicas -- escuela médica, por ejemplo. Pero inclusive las mejores universidades no tiene el 'status' de élite de la de Harvard.
Dejar de lado la competencia por ingresar a la "escuela correcta" les permite a los niños finlandeses disfrutar de una niñez menos presionada. Mientras muchos padres estadounidenses se preocupan en inscribir a sus hijos en centros pre-escolares orientados académicamente, los finlandeses no empiezan la escuela sino cuando tienen 7 años, un año más tarde que la mayoría de los niños del primer grado de EEUU.
Una vez que empiezan la escuela, los finlandeses son más autosuficientes. Mientras algunos padres de EEUU se preocupan demasiado por acompañar a sus hijos a la entrada y salida de la escuela y arreglar cada fecha de juego y salida, los jóvenes escandinavos se arreglan por si solos. En la escuela Ymmersta en un suburbio cercano Helsinski, algunos de los estudiantes de primer grado caminan con dificultad a través de un sitio lleno de hojas de árboles casi en la obscuridad. En el almuerzo, toman sus propios alimentos, dados gratuitamente por la escuela, y llevan sus bandejas a las mesas del comedor. No hay filtro de Internet en la biblioteca de la escuela. Pueden andar en medias por la clase, pero en la casa inclusive los más pequeños deben amarrarse sus patines o colocarse sus 'skis'.
Los finlandeses disfrutan uno de los más altos estándares de vida del mundo, pero, también, se preocupan de no rezagarse en el movimiento económico global. Sus empleos dependen de sus empresas de electrónica y telecomunicaciones, como la compañía gigante de telefonía Nokia, junto con industrias de productos de madera y minería. Algunos educadores dicen que Finlandia necesita un registro rápido de sus estudiantes brillantes a la manera de EEUU lo hace, con programas de incentivo para producir más de su clase. Los padres también están siendo empujados en prestar mayor atención a sus niños, dice Tapio Erma, director de la escuela suburbana Olari. "Estamos más y más enterados de los padres con estilo americano," dice.
La escuela de Erma es una campus de vitrina. El último verano, en una conferencia en Perú, el habló sobre la adopción de métodos de enseñanza de Finlandia. Durante un reciente tarde en uno de sus cursos de matemáticas avanzadas de su escuela, uno de los estudiantes se quedó dormido. El profesor no lo despertó, sino que llamó a los demás. Como dormir en la clase no está prohibido, Mr. Erma dice, "tenemos que aceptar el hecho de que son niños que están aprendiendo como vivir."
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