Artículo original: News (is not a bad word) (SmartNewsNc)
El periódico The Rocky Mountain News publicó su última edición el viernes anterior (feb. 27), justo cerca de cumplir 150 años, dejando a Denver, EEUU como un pueblo de un solo periódico.
Cuando los tiempos están difíciles, ha sido común que las grandes ciudades pierdan a sus periódicos pequeños (Los Angeles Herald-Examiner, Sacramento Union, San Francisco Examiner, etc). Es inusual para una ciudad tener más de un diario.
Así que la desaparición del RMN no fue una gran sorpresa. Su dueño, E.W. Scripps, una de las cadenas de periódicos más saludable, sentenció la suerte del RMN cuando lo puso a la venta con la advertencia de cerrarlo si no se vendía.
El siguiente entre los diarios de ciudad: el Seattle Post-Intelligencer, otro número dos en un pueblo de dos. Bajo el radar están ahora una docena de periódicos de pueblos pequeños que han quebrado, aplastados bajo el peso de sus dueños sobre-apalancados.
Y después están las amenazas de cierre, como aquella del San Francisco Chronicle.
Cuando la tinta se seque de aquí a un año y se haya terminado la recesión, una docena de grandes ciudades estadounidenses estarán sin periódicos propios. Mientras tanto, la industria se pelea por respuestas.
Desafortunadamente, no existe una sola respuesta. Cada comunidad es diferente.
Sigo dándole vueltas al porqué la gente pagará $2 por una botella de agua o $4 por una taza de café, pero no quiere gastar 50 centavos por un periódico.
O porqué un anunciante pagará $500 por aviso en Internet que verán 20 personas locales, pero no pagará $250 por un aviso de cuarto de página que verán 12 000.
Por otro lado, he revisado mis periódicos locales y me encuentro en dificultades para encontrar algo interesante o convincente. El pequeño diario más cercano a mi casa parece una bitácora del crimen con boletines de prensa y actas gubernamentales. El diario más grande de la ciudad continúa siendo seco y sin personalidad.
Recuerdo los días en los que podía pasar un domingo por la tarde con el combo San Francisco Chronicle/Examiner, saboreando las columnas del domingo de Punch y de L.M. Boyd. Ese era un periódico que valía la pena comprar.
Ahora cuando desembolso 50 centavos o un dólar cincuenta, se que estaré haciendo algo más en una hora y que estaré frustrado con mi periódico.
Los periódicos han intentado mejorar y mantenerse con los tiempos, pero no puedo dejar de pensar que simplemente han empeorado en el proceso.
Vía Newspaper Professionals Network
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