8 de mayo de 2010

BECOMING AN IRONMAN: 'Todo en familia'


Libro: Becoming an Ironman by Kara Douglass Thom

Todo en familia
Tim Burgess & Susie Burgess
Fechas de nacimiento:
15 de junio de 1963 y 21 de julio de 1961
Competencia: Ironman de Lake Placid, 1999
Tiempos:  11:54:09 & 14:16:53
Tenemos cinco hijos.  Brook, el mayor, tenía en esa época ocho, y el menor, Wyatt, tenía uno.  Nos inscribimos para el ironman en Lake Placid mientras estábamos en camino para nuestro primer triatlón.  Si, así es. Dejamos nuestras aplicaciones en el correo, y después intentamos nuestro primer triatlón sprint.

Soy el chef y dueño de un restaurante; Susie se quedaba a tiempo completo en casa con los niños.  En ese momento, mi negocio estaba bien delegado y Susie buscaba recuperarse del estado físico de mamá.  Le dije que contrataría ayuda para el cuidado de los niños para que pudiera entrenar –nunca había tenido ayuda a tiempo completo con los niños antes.  Sería apropiado mencionar que Susie era fumadora.

Gracias por compartirlo, Tim.  No es usual que la gente tenga cinco hijos en estos días, y cuando nos inscribimos, aunque la gente decía, "eso es inmenso, y todavía no han hecho una sola carrera", pienso que ambos, dentro de nuestros corazones, sabíamos que estábamos determinados y que éramos capaces de hacerlo –sin importar los obstáculos.  Habíamos pasado muchas cosas en los negocios y con los niños y estábamos acostumbrados a manejar mucho stress y éramos buenos haciéndolo.

Una buena amiga que había hecho el ironman de Canadá un par de veces  nos dijo, "les haré un plan para cada uno de ustedes".  Parecía manejable.  Estoy segura que todos ven a sus planes manejables.  Pero era una locura.  Teníamos tres hijos en la escuela, así que debíamos arreglarnos para alistarlos en las mañanas y retirarlos después.  Originalmente pensamos, 'entrenaremos juntos'.  Será un logro de esposo y esposa, que lo conseguiremos juntos. Será un entrenamiento de equipo.  Lo habíamos planeado muy bien ... las largas de bicicleta las haríamos juntos pero eso solo pasó una sola vez.  Me levantaría alrededor de las cuatro de la mañana y me iría en bicicleta a nadar.  Realizaría lo mío hasta el momento que los niños les toque ir a la escuela.  Tim haría su entrenamiento en la noche.  Hicimos muchos malabares.

Especialmente eso porque mi negocio enloqueció.  Me quedé corto de personal y tuve que cubrir los turnos, a veces con semanas de 60 horas de trabajo. Terminamos despidiendo a la empleada doméstica cuatro semanas después de contratarle cuando descubrimos que dormía en horas de trabajo.  Resultó que era como tener otra hija más –y estábamos mejor sin una de 18 años que nos complicaba las cosas.

Pensábamos que no podía ser peor.  La luz al final del túnel era la competencia.  Susie y yo planificamos  dejar a los niños en casa.  Un viaje y una meta para los dos.  Pero esa noche llamó la mamá de Susie.

En ese momento mi madre había sido diagnosticada con cáncer de ovario –ya falleció– así que su oferta para cuidar a los niños era una cosa muy generosa.  Me llamó para decirme que no se sentía capaz, junto a mi padre, de cuidar a los cinco chicos.  Estaba bien. Podía entenderlo.  Podría manejarlo. Pero cinco minutos más tarde Tim me llamó para decirme que uno de sus chefs se había ido –estaba sangrando y lo había enviado al hospital.

En ese punto pensamos.  'Debe ser una broma'.  Después de esa tremenda cantidad de entrenamiento, el proyecto estaba colapsando.  Las próximas dos semanas estaríamos bajo mucha presión emocional, no sabíamos si podríamos competir.  ¿Podremos? ¿No podremos? ¿Podrá Tim? ¿No podré?

Pensamos en cierto momento que solo uno de nosotros lo lograría. Sentía que Susie había entrenado fuerte y había madrugado cada mañana todo el año.  Se merecía ir a la competencia. Sabía que me sentiría tremendamente culpable si yo fuera el único.  Todo esto pasaba cuatro semanas antes de la competencia.  Estábamos completamente fundidos.

Pero tenía que hacer una larga de ciclismo y ahí me desahogué. Al día siguiente rodé, pero durante mi recorrido me convencí que yo no debería ir.  Cuando regresé.  Tim me había escrito esta nota, fue muy motivadora.  "Hemos llegado muy lejos, hagámoslo juntos.  Podemos lograrlo.  Si Lake Placid fuera mañana, lo haríamos. Hemos persistido a través del entrenamiento. Ahora estamos cerca.  Pienso que ambos sabemos que cuando estemos ahí, lo haremos. Hemos entrenado, y ahora nos estamos enfrentando con el desafío de ir desde Charlottesville, Virginia, hacia Lake Placid.

Con cinco niños ... y sin niñera.

Bien.  Así que busqué en Lake Placid, pensando que no sería problema .  "Podré encontrar una niñera justo antes de la carrera. Lo haré".  Terminé con las manos vacías.  El plan B era llevar nuestra propia niñera.  Teníamos esta maravillosa niñera por un par de años que venía pasando cada domingo; además es amiga cercana de la familia.  Robin estaba retornando a la universidad, así que debíamos convencerle que lo posponga por una semana. Le dijimos que nos divertiríamos y que sería una gran aventura.  Estaba segura que sería un viaje loco.

Robin no sabía de que se trataba un ironman.  Pero estaría con nosotros durante catorce horas antes de llegar allá.  Tres adultos, cinco niños y todo el equipo para triatletas ironman empacados en una Suburban.  Cada vez que parábamos teníamos que desempacar todo para entrar y salir.  Estábamos atorados. Parecía una cosa de locos.  Fue un viaje muy largo.

Hacíamos de todo para entretener a los niños.  La última parte del viaje fuimos al Hershey Park en Pensilvania y tuvimos un día de montañas rusas.  Afortunadamente los niños están acostumbrados a mucha confusión.  Finalmente llegamos al motel para registrarnos.  Originalmente, teníamos una reservación para dos.  La mujer me miró y dijo, "tanta gente no puede quedarse en su habitación".  Pensamos, "ahí vamos otra vez".  Terminamos consiguiendo una segunda habitación y una vez que desempacamos , la vida regresó a la normalidad.

Bueno, lo normal es tener a nuestro hijos encima nuestro todo el tiempo.  Era una buena idea no tener ninguna expectativa en especial excepto finalizar bien.  Con todo esto, estábamos emocionados de estar allí.

En la mañana de la competencia, Tim y yo oramos y nos dirigimos al agua y buscamos ubicarnos en los mejores lugares para empezar.  Me quedé con un grupo de gente que estaba muy agresiva con mucho contacto físico.  Tim, no creo, tenía eso. Pensé que estaba en el lugar adecuado, pero en el punto inadecuado.  La primera vuelta fue muy física; la segunda fue mucho mejor.  Entré en ritmo y creo que eso es lo típico en un circuito de dos vueltas.

Salí del agua diez minutos después de Susie.  Es la diferencia que teníamos en todas las competencias.  Para nosotros es muy divertido.  Siempre la estoy viendo.  Me tomó más de lo pensaba alcanzarle.

Tim siempre subestima mi destreza para el ciclismo.

Partí la etapa del ciclismo en segmentos de diez millas.  Finalmente en la milla cuarenta –en la primera vuelta– la divisé. "¿Estás bien?", le dije mientras pasaba a su lado.

Pensé, '¡Oh no, me alcanzó!'  Apenas me pasó, había una gran cuesta y pensé que podía seguir su ritmo.  Eso me duró tres segundos y decidí retornar otra vez a mi zona.  Es muy interesante la diferencia entre Tim y yo. El mira su odómetro; yo miro el paisaje. Somos muy diferentes sobre nuestra filosofía de entrenamiento.  Lo hago porque me gusta. Lo disfruto.  Es una diversión buena y saludable.  Es una buena cosa mental.  Es una buena cosa física.  Tengo la tendencia de enfocarme en los alrededores en lugar de enfocarme en la competencia.

Desperdicié tiempo en la transición, pero no tanto como Susie.  Ella pidió que le dieran un masaje de cuello y de pies.  Su transición fue de casi veinte minutos.

Mi estaba matando mi cuello después de esa distancia.  Estaba muy emocionada de estar en la tienda.  Quería disfrutar el momento.  Nuevas medias y bloqueador y gorra y gafas y asegurarse de olvidar nada.  Aquí estábamos, gente que nunca habíamos hecho un triatlón, participando en un ironman.  En realidad me encantan las distancias largas, me parecen más interesantes. Existe mucho camaradería.  Durante toda la competencia, existe el espíritu de apoyar a cada uno de los participantes.  Creo que esa es la gran diferencia entre la gente profesional o la que quiere clasificar, y la gente que está haciendo esto por una experiencia de vida –eso es este increíble sentido de que todos quieren que todos lo completen.

Estoy de acuerdo.  No se permite hacer drafting pero se puede aprovechar esa muy buena energía.  Existe definitivamente un mar de energía que te llevan hacia la línea de meta.  Todo lo que se necesita hacer es tomarla.

Lo triste es que algunos no lo logran.  Cuando me tocó correr, me sentí bien al principio.  Tuve mi masaje de cuello y me sentía grandiosa. Pero había un tipo gruñón que no la estaba pasando bien.  Corrí lo más rápido que pude para alejarme de él.  No lo volví a ver.  Puedo garantizar que no finalizó.

La única cosa rara que me pasó en la etapa del maratón –y que me habría gustado estar preparada– fue una ampolla en la milla catorce.  Había tenido ampollas pero sabía lo que tenía que hacer para controlarlas.  Pero no tenía 'curitas' (band-aids) y tampoco había en las estaciones de ayuda.

De repente me di cuenta que iba a tener que caminar.  Miré mi reloj y pensé, 'Bueno, puedo finalizar caminando'.  Pero estaba un poco frustrada.  Cuando la gente me pasaba le pregunta si tenían un curita, hasta que una chica, llamada Robin, me dijo que tenía moleskin.  Pasé diez minutos en la ambulancia para reparar mi pie.  A partir de ese momento estaba lista para correr.  Cojeaba un poco, pero estaba feliz por el resto de la carrera.

El circuito era en forma de ocho así que Susie y yo nos veíamos al pasar. Había un puente en la milla diez donde vi un hombre –su nombre era el 669– que dijo, "su esposa dice que salte sobre usted y que lo detenga hasta que le alcance".

Miré al hombre y le dije, "no lo alcanzó en esta ocasión.  Es mejor que lo atrape, Hon.  Es mejor que lo detenga".  ¿Cuántas veces nos vimos con Tom?

Tres veces.

Si, tres veces, y nos enviamos besos y buenas señales, era muy emocionante –estábamos haciendo el ironman, aquel que no estábamos muy seguros ni de iniciarlo.

Mientras Susie lidiaba con su ampolla, yo lidiaba con los calambres.  Estaba adivinando cuanto sodio tomar.  Pensaba que estaba sobrehidratado y empecé a disminuir la velocidad.

Oh, pobre bebé.  Estabas tan lento.

Mi teoría completa era, 'esto es un ironman'  No era un maratón, no era una carrera de 10 Km para poner mi mejor tiempo.  Pasan cosas malas y simplemente tiene que manejarlas y seguir moviéndose.

No se preocupe.  Es parte del trato.  Habrá algo de dolor.

Correr la última vuelta a través del estadio fue euforia total.  Cada frustración, cada pensamiento de renuncia, todos los problemas del entrenamiento, todos los problemas sobre el cuidado de los niños, los problemas del trabajo, todo desapareció en la última vuelta.

Así es, pero luego lo pensamos, ¿a quien le importa?

Mientras me acercaba a la meta podía sentir la energía de los que animaban como una corriente eléctrica.  Cada persona que cruzaba la línea hacía subir el medidor de energía de la multitud.  Había un tipo delante mío así que paré para dejarlo que pase, porque quería cruzar la línea solo –¡quería todo para mi!

Tim llegó cuando aún no obscurecía.  Cuando me faltaban seis millas y los generadores de energía eléctrica empezaron a iluminar el circuito.  Súbitamente descubrí, 'Habría sido muy bueno que hubiera empacado una camiseta de mangas largas en mi funda de necesidades especiales'.

La última parte de la carrera es en cuesta.  Me sentía bien y estaba corriendo. Había una multitud emocionada y música.  Había mucha energía en el lugar.  Mientras más tarde terminas, mejor es la fiesta.

Era una fiesta. Eran más de las nueve de la noche.  Esperábamos a Susie a unos cien metros de la meta.  Cuando la vimos pedí a los niños que fueran a dar el encuentro a su madre y que corran con ella. 

Teníamos uno que no iba a venir.  Devan no quería venir conmigo.  "Ven con la mami", le dije.  "Mamá va a cargarte".  Tenía a cuatro de los niños –tres corriendo y uno que lo llevaba en brazos.  Afortunadamente me sentía bien.  Los otros tres niños –el mayor, la siguiente y el otro, tenemos niño, niña, niño, niña– piensan que están en la carrera.  Era una locura.  Tenía a Eliza de mi mano, halándome, y los chicos, Travis y Brook, estaban un poco más adelante.  Pude sentir que ellos entendieron de que se trataba todo esto.  Durante todo el día nos habían visto ir y venir, pero en ese momento estábamos juntos.  Habían visto finalizar a Tim. Y ahí estaban, cruzando la meta conmigo mientras les juraba que eso era la cosa más grande –para mi y para ellos.

Le dije a Tim que eso lo más cerca que el iba a llegar de lo que significa tener un bebé –estar en labor de parto y manejar todo ese dolor.

Después nos sentíamos tan bien.

¿Sabe qué es esto? Es ser capaz de fijarse una meta que sea muy difícil y planificarla y luchar con los calambres que vienen.  Eso, en sí, hace que el ironman sea más dulce.

Después de todo lo pasado descubrimos que podríamos hacer lo que nos propusiéramos.

Ha sido la cosa más grande para nuestros hijos, especialmente para nuestras niñas, ver a su madre hacer una hazaña como ésta.  Es fantástico para ellas, y también para el resto de mamás que estaban alentando a sus esposos.  Esas mamás podrían pensar, 'Hey, yo también puedo hacerlo'.  Solo porque seas mamá no significa que no puedas ser una ironman.

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