25 de octubre de 2010

Cómo vencer nuestros miedos


Artículo original:  How To Defeat Your Fears (motivationalmemo.com)

Recientemente pasé cuatro días con mi esposa y la menor de mis hijas en el lado sur de The Great Barrier Reef, que se encuentra en la costa oriental de Australia – en una isla llamada Brampton.

Un paraíso.  El agua era pristina cristalina. No había interrupción ni de teléfono ni de email para mi rutina diaria de relajación. Comimos bien. Descansamos bien. Pero en medio de la tranquilidad de repente estaba paralizado del miedo.

Habían tres actividades que se ofrecían en la isla.  Esnorquel, Catamaran y jet skiing.

Nunca había hecho alguna de esas cosas.  Pero cada vez que se acercaba el momento, sentía un temor que crecía dentro de mi pecho.

Cuando llegó el momento del esnorquel, y tan pronto como sumergí mi cabeza en el agua, empezó el pánico. No podía respirar.  Y solo cuando empecé a repetirme 'Relájate Peter. Relájate Peter. Relájate Peter,' estuve mejor.  Eso hasta que un grupo de erizos de mar venenosos con grandes espinas se dirigieran hacia mi.  Pero  una vez más, me hablaba hacia mi mismo amablemente y seguía nadanda  ¿Mi recompensa?  Me crucé con una hermosa tortuga de mar que estaba en el fondo del mar e inclusive logré tocar su resbalosa coraza.

Luego tocó navegar en un catamaran.  Una de las razones que tenía en mi vida para tener miedo se produjo hace algunos años cuando mi pie fue atrapado por una cuerda en el catamaran y fui a parar a aguas infestadas de tiburones.

Pero otra vez, junto a mi hija esta vez, superamos los obstáculos de vientos erráticos y del desafío de refrescar el hace tiempo perdido conocimiento de como navegar este tipo de vehículo, y terminamos disfrutando de un fantástico momento.

Finalmente, llegó el momento del jet-ski.  La velocidad era mi más grande miedo, y la pregunta que bombardeaba mi menta era: ¿Y si? Pero después de la instrucción de nuestro instructor me coloqué en el asiento del piloto con mi hija detrás.

La única cosa que recuerdo es cada vez que presionaba el acelerador, tanto el miedo como la exaltación me aprisionaban.  Pero sin miedo llegué a los 75 kilómetros por hora sobre el agua.  Pero tanto mi hija como yo tuvimos la oportunidad de manejarlo solos, y ambos nos divertimos mucho.

Estos tres eventos me enseñaron una cosa.  Que mientras alberguemos a nuestros miedos, y fracasemos en superarlos agresivamente, estaremos inmovilizados.  Pero tan rápido como entremos en acción, la debilitante enfermedad llamada miedo será curada de forma instantánea.

En esos tres ejemplos el miedo me acompañó a través de esas actividades, pero no me detuvo.  Y como resultado nosotros como familia ahora tenemos maravillosos recuerdos para compartir además de una confianza mayor para hacer aquello que temimos algún momento una y otra vez.

Mi vida es más rica porque enfrenté a mis miedos y los vencí.

No deje que el miedo le detenga de experimentar lo mejor de la vida. Enfrente a sus miedos y mírelos desaparecer en su vida.

Related post



2 comentarios:

  1. Hola Rubi...soy el que te corrige las faltas...a los años...

    no existe la palabra pristina en español, lo más cercano en este caso sería límpida o cristalina...me reí un poco pero nadie es perfecto o si?

    no te deseo suerte en tu Ironman porque la suerte son las oportunidades aprovechadas en el momento justo y creo q tu ya has labrado tu suerte, sino mas bien éxitos.

    bon voyage y bonaventure!!!!

    ResponderEliminar
  2. Hola,

    Listo corregido. Aprecio mucho tu ayuda. Te pido, por favor, que siempre me corrijas sin piedad alguna.

    Muchas gracias por tus deseos.

    Saludos
    Rubi

    ResponderEliminar