20 de abril de 2009

El Chef de Hierro – Una Fábula de Productividad

Foto:  Walter B. McKenzie/Life.com



Artículo original:  Iron Chef - A Productivity Fable (Mark Shead/Productivity501)


La tortuga y la liebre eran famosas por su conocimiento culinario y fueron invitadas para enfrentarse en el Chef de Hierro.  Tan pronto empezó la competencia, estaba claro que la liebre estaba significativamente delante de la tortuga.  La audiencia estaba sorprendida con la velocidad con la la liebre mezclaba los ingredientes, los pasaba a otro recipiente y lanzaba la cacerola con la mezcla a un lado para seguir con el siguiente paso de la preparación.


La tortuga, por el otro lado, parecía quedarse detrás.  No era que era más lenta que la liebre, pero la audiencia agónicamente miraba como limpiaba cuidadosamente cada cacerola, olla y utensillo antes de colocarse en su lugar correspondiente.  La tortuga avanzaba pero estaba detrás de la liebre en la preparación de su obra maestra.


La liebre continuaba sacando ventaja a la tortuga pero cerca de la mitad de la competencia, las cosas empezaron a cambiar.  La liebre necesitaba mezclar los huevos con el tabasco para hacer una de sus salsas secretas, pero no podía encontrar una cacerola limpia para realizar la mezcla.  Buscó y finalmente encontró una sucia que la había pateado debajo de la mesa.  Intentó limpiarla con una toalla de papel pero descubrió que los ingredientes anteriores se habían endurecido.


Después de gastar unos minutos sacando la mezcla, la dejó en el lavabo y fue a buscar otra.  Cuando encontró una que parecía fácil de limpiar, la llevó al lavabo para lavarla pero no la pudo colocar porque estaba la otra.  Al final quitó la primera cacerola sucia, pero se arregló para colocarla en alguna parte del piso.  Cuando tuvo la cacerola limpia, mezcló los dos ingredientes y se dirigió a la estufa para colocarla en el recipiente para la salsa.  Los primeros recipientes tenían alimento cocinado pero consiguió uno menos sucio para llevarlo nuevamente al lavabo para limpiarlo.  En el camino se resbaló con el agua de la cacerola que había dejado en el suelo.


Mientras tanto, la tortuga seguía con su trabajo como antes, limpiando cada artículo y colocándolo donde pertenecía.  Terminó a tiempo cuando la competencia terminaba con un área limpia y una comida maravillosa.  La liebre, por otro lado, tuvo que trabajar extremadamente rápido para acabar y la mayoría de la segunda mitad de la competencia la pasó tratando de quitar la comida endurecida de los recipientes.  Tuvo que saltarse alguna de las cosas que había planeado por el poco tiempo.


La moraleja de esta historia es que:  cuando se es organizado, alguna de las cosas que parecen retardarle son aquellas que le permitirán trabajar más rápido en el largo plazo.


La cantidad de tiempo que se requiere para estar organizado mientras trabaja es mucho menor que la cantidad necesaria que se necesita para organizarse cuando se está cerca del plazo de tiempo.  Tener un escritorio organizado, un buen sistema para manejar los documentos, todos sus contactos en un solo lugar y un buen sistema de archivo requiere tiempo para preparar y mantener.  Algunas veces parece una pérdida de tiempo, pero cuando está ocupado, estas cosas le permitirán operar con máxima eficiencia.

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