9 de noviembre de 2010

Florida Ironman 2010, la previa en Quito

Habían pasado las 29 semanas de entrenamiento y nos encontrábamos en los correteos del viaje hacia EEUU.  El apoyo del Grupo HOY y el importante auspicio económico por parte de DIMAXI nos permitió tomar la decisión de que toda la familia me acompañe a la competencia.

En las semanas anteriores habíamos realizado todas las gestiones de pasaportes y visas y únicamente nos faltaba los ajustes finos.  Para el día sábado 30 de octubre habíamos previsto dejar todo listo para el viaje del lunes en la mañana, así que haría mi último entrenamiento e inmediatamente regresaría a casa para empezar con todas las actividades planificadas.

Rodaríamos (junto a Christian y Richard) dos horas y luego trotaríamos una vuelta alrededor del parque de La Carolina.  Fue una sesión muy relajada y conversada.  En la transición hacia el trote nos tomamos fotos y seguimos por la conocida ruta que empieza en la famosa Cruz del Papa.  Al completar una vuelta paramos y junto con Richard nos dirigíamos a mi auto para la clase de armado y desarmado de la bicicleta que me iba a dar mi amigo triatleta, pero al buscar la llave del vehículo sentí que se me congelaba la sangre porque la única llave del auto (en un entrenamiento de ciclismo ya había perdido una de las dos copias de la llave) no estaba en el bolsillo de mi camiseta.  Seguramente al sacar el pañuelo del mismo bolsillo la había botado.

Todo el apuro quedó ahí.  Todas las actividades y citas del sábado no iban a poder ser realizadas como las habíamos establecido.  Estuve un par de horas recorriendo la misma ruta del trote pero jamás la encontré.  Tomé la bicicleta y volé a la concesionaria FIAT para pedir ayuda pero solo pude recibir la noticia de que me traerían una nueva llave codificada entre tres y cuatro semanas.

Regresé al parque y pregunté ingenuamente en la estación de policía si algún buen samaritano habría ido a dejar mi llave pero solo conseguí la dirección de un sitio donde hacían copias de llaves.  Sobre la misma bicicleta fui a buscar ayuda y conseguí que en pocos segundos me abran el auto y que después de algunas revisiones me indiquen que no podían hacer nada.

Llamé a la grúa de la aseguradora y con la valiosa solidaridad de Christian, Wendy, Richard y Martha logramos subir el auto (que tenía la dirección trabada) a la plataforma del camión.  A las 13h00 del sábado llegaba a la casa con el auto y la bici remolcados.  Me sentía muy molesto conmigo mismo, no porque se me había caído la llave (a cualquiera le puede pasar) sino porque no fui capaz de reponer inmediatamente la primera llave que perdí, y que me habría permitido evitarme tanto problema en ese momento.

Todo el plan se alteró, pero al menos tenía el auto en la casa y 'solamente' me tocaba desarmar la bici, que me parecía cosa de minutos después de la magistral instrucción que me dio Richard mientras esperábamos a la grúa.

En la mañana del domingo hice la última larga de trote de 90'.

A eso de las 9h00, Jimmy (mi hermano) pasó retirando la maleta para la bici que muy gentilmente me prestó IM Raúl y mientras tanto preparábamos el resto de maletas y cosas para el viaje.  En la tarde me disponía a hacer un 'desmontaje de 5 minutos' de la bici y luego me dedicaría a imprimir los mapas para las diferentes rutas que tomaríamos en el estado de la Florida, EEUU.

Migue modelando junto a la maleta de bici de IM Raúl

Almorzamos y empecé con el sencillo desmontaje.  Paso uno: sacar los pedales ... tomar la llave 15 y realizar el desenroscado derecho del pedal derecho y desenroscado izquierdo del pedal izquierdo ... pero ... la llave 15 no entraba.  Así que salí a comprar la llave 16 ... era muy floja, luego la 9/16, etc, etc.  Eran las 4 de la tarde y no había logrado mover un milímetro a ninguno de los pedales.  Me llamó Mary, quien venía de la costa, y le conté mi odisea, así que en menos de 20' ya estaban en mi casa Mary, Christian y Wendy con todo el arsenal de herramientas ... y ... tampoco.  Seis de la tarde del domingo y la bicicleta seguía bien armadita.

Llevamos la bici a la megaferretería (que cerraban a las 6h30) a quienes ya les había comprado seis llaves de boca.  Usando la misma llave 15, un combo y un tubo para hacer una megapalanca lograron hacer una tarea que, entiendo, es muy sencilla con la herramienta precisa.

La tarea resultó tan compleja como la sacada de las tuercas de una llanta de camión ... increíble ... a las siete de la noche me dejaban mis amigos en mi casa con la bicicleta y los pedales en la mano y junto con Christian terminamos el "sencillo" proceso de armado y colocado en la maleta.

A la mañana siguiente viajaríamos a las 06h30 en American rumbo a la ciudad de Orlando.

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