28 de agosto de 2011

La tragedia de perderse algo


Artículo original: The Tragedy of Missing Out (Leo Babauta)
Padre e hijo, hambrientos, fueron a pescar en un pequeño bote.

El padre ayudó a su hijo a pescar su primer pez, y fue uno hermoso. “Buen trabajo, hijo,” dijo el padre.

“Si, pero estoy preocupado de haber perdido uno mejor,” dijo el hijo. “¿Y si logro pescar un pez más grande y sabroso?”

“Quizás deberías intentarlo,” le dijo el padre.

Y así lo hizo el hijo, atrapando un pez más grande una hora más tarde. “Una verdadera belleza,” dijo el padre.

“¿Y si hay más peces?” preguntó el hijo.

“Quizás deberías intentarlo,” le dijo el padre.

Y el hijo lo hizo, pescando un pez más grande, y preguntándose si habría mejores peces, atrapando otro y otro más.

Al final del día, el hijo estaba agotado. El padre le preguntó, “¿Como estuvo el sabor del pescado?”

El hijo titubeó. “No estoy seguro. Estuve demasiado ocupado buscando mejores peces que no saboreé ninguno.”

El padre sonrió con satisfacción, palmoteando su barriga. “No te preocupes. Estuvieron deliciosos.”


Somos como el hijo. Algún momento de nuestras vidas nos preocupamos de estar perdiéndonos algo.

Es por eso que estamos tan ocupados — no queremos perdernos cosa alguna. Nos embarcamos en docenas de metas y aspiraciones, porque no queremos perdernos nada.

Pero la realidad cruda es la siguiente: las perderemos, no importa lo que hagamos. Es inevitable. No podemos hacerlo todo, aunque la vida durara el doble de tiempo. No podemos ver todos los pueblos o ciudades, leer todos los libros interesantes, ver todas las películas importantes. Siempre nos perderemos algo.

A continuación las segunda y más importante verdad: si siempre se está preocupando de lo que se perderá, se perderá de disfrutar lo que ya tiene.

No haga una lista de lectura de un kilómetro de largo — enfóquese en el libro que tiene en sus manos. No llene el itinerario de su próximo viaje con cada atractivo de la ciudad que visitará —camine por los alrededores y disfrute lo que encuentre. No se preocupe de viajar por todo el planeta —disfrute el mundo que está a su alrededor. No se preocupe de lo que se está perdiendo en el internet o en las noticias — como lo está haciendo es suficiente.

Deshágase de las largas listas de las cosas por hacer y de las metas a conseguir. Son un intento vano para no perderse las cosas. Se las perderá, pero intentando realizar todo, se perderá las cosas maravillosas que está haciendo en este momento.

Lo que importa es lo que está haciendo en este momento. Deje que lo demás se vaya y disfrute del pez que ya atrapó.

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