8 de febrero de 2023

COMO LOGRÉ QUE LA SEÑORA QUE SE CASÓ CONMIGO CORRA UNA MARATÓN


Una fuente de inspiración para empezar a correr maratones fue una entrevista escuchada a un conocido personaje quiteño quien contaba paso a paso su primer ironman en Zürich (Suiza).  Explicó que fue muy duro pero que logró cubrir esos 226 kilómetros (3.8k nadando, 180k en bicicleta y los 42.2 k de la maratón) dentro del tiempo máximo permitido para recibir la medalla de finisher. Al final de su testimonio dijo que tenía desde hace mucho tiempo un objetivo mucho más difícil que ese ironman: conseguir que su esposa corra una maratón ¡Dificilísimo! 

Una cosa es que uno decida correr por cualquier razón una competencia de 42 km y otra muy diferente que intentes que en esa aventura también se embarque tu pareja, que además poca gracia le hacía que me desapareciera a entrenar los fines de semana y que regrese con poca energía para realizar las tareas de la casa.

Dos meses después de mi primera maratón en Miami (marzo de 2005) decidí unirme  al grupo de personas que entrenaban para correr maratones, el club quiteño Ruta 42 del reconocido entrenador Raúl Ricaurte. En uno de los tantos entrenamientos por las rutas del parque Metropolitano escuchaba con atención al comandante Valdemar Sánchez quien ante los comentarios de la incomprensión que algunos colegas de vicio sentían en sus hogares, les respondía que esa fue una de las razones por las que se empeñó en que Marthita (su esposa) entrene con él, porqué "el mejor amigo de un maratonista solo puede ser otro maratonista. Únicamente alguien que entrena para correr los 42,2 km puede entendernos."

Decidí convencer a la Flaca para que corra una maratón. Utilicé todos los argumentos que podrán imaginarse: deportivos, emocionales, sociales, fisiológicos, etc., pero la misión no se veía muy fácil que digamos. Mis tres años de entrenamiento y mis dos maratones podrían ser considerados como un ejemplo a seguir, pero parece que los patéticos resultados eran todo menos inspiradores.  

En el año 2005, insinué con el mayor tacto posible (ya que cualquier cosa que se diga puede ser usado en tu contra, o lo que era más grave en contra del gran objetivo: la maratón) que la primera edición de la Ruta de las Iglesias (2005) era ideal para disfrutar de Quito y hacer algo de actividad física.  Para mi sorpresa, la respuesta fue positiva. Uno del argumentos de peso que le llevaron a correr, me confesó después, fue el buscar desaparecer las molestias de posibles várices en el futuro. Ximena corrió sus primeros 10 km en 1:16:35 (7'39"/km) y en vista del resultado aceptó ingresar a Ruta 42 para mejorar su desempeño.

Bajo la dirección de Raúl y la atenta supervisión de Mario Tumipamba y Renzo Guachamín, un año más tarde se vieron los resultados del entrenamiento dirigido por profesionales. En la Ruta de las Iglesias del 2006 bajó su marca a 0:57:55 (5'47"/Km), más de 15 minutos. Impresionante, no solo que mejoró su velocidad sino que disfrutaba mucho los entrenamientos y las competencias.

La meta de 21 km ya no era tan lejana. Nos inscribimos en la segunda media maratón Mitad del Mundo (Noviembre de 2006). Seguimos las tablas de entrenamiento y debí controlar su velocidad en las largas de los fines de semana. La mayoría tendemos a hacerlos muy rápido, perdiendo la oportunidad de construir nuestra capacidad para correr largas distancias a ritmo aeróbico. En estos entrenamiento  colocaba la banda para medir su pulso y con la información en mi reloj garmin nos asegurábamos que su frecuencia cardíaca no supere los 135 lpm. Me reclamaba que todos nos pasaban y que prácticamente estábamos caminando. Le explicaba que con el entrenamiento conseguirá, con pulso a 135 lpm o menos, aumentar su velocidad. En efecto, su velocidad a ritmo aeróbico mejoró de manera notable. Le tomó 2:06:13 cubrir los 21 km (5'58"/km) de su primera media maratón. Comprobó con satisfacción que algunas de las compañeras de Ruta 42 que le ganaban en los entrenamientos aeróbicos llegaron detrás de ella a la meta.

El propósito del nuevo año 2007 fue correr juntos la maratón de Chicago, pero dos semanas después de confirmar y pagar la inscripción en la famosa competencia estadounidense recibimos la noticia de una reserva realizada con mayor anticipación por nuestro futuro cuarto hijo que anunciaba su llegada para el mes de octubre. Esta información dentro del grupo de Ruta 42 fue recibida con mucha alegría pero también con sorpresa. Nuestro estimado amigo Nelo Chávez insinuaba que yo no tenía perdón, ya que había sido una jugada mía (de maquiavélica estrategia) para evitar la 'pérdida del control remoto' ante el evidente potencial maratonístico de la futura mamá.  Más tarde, y ante la presión pública, tuve que admitir que fue una medida desesperada pero que no lo volvería a hacer.

En fin, Ximena siguió entrenando y no dejó de caminar en la pista del estadio y en el bosque sino hasta dos días previos al alumbramiento. Miguel nació en octubre de 2007.

Cinco meses más tarde, la flamante madre de cuatro hijos retornó a la pista para prepararse a consciencia. Siguió todas y cada una de las recomendaciones técnicas del grupo de entrenadores de Ruta 42 (bueno, casi todas) y corrió en Guayaquil su segunda media maratón ... 2:00:35 (5'43"/km, quinta en su categoría). 

Nos inscribimos para la maratón de Guayaquil del 2008. Ximena se estrenaría en los 42 km y yo buscaría cubrir la distancia en menos de cuatro horas (contaré como me fue en otra nota). La Flaca nos sorprendió a todos con una carrera espectacular.  Completó los primeros 21,1 Km en 2:09:32 (6'08"/km) y la segunda media en 2:08:58 (6'06"/km), es decir con 'parciales negativos'. Realizó lo que pocos maratonistas amateurs consiguen: correr más rápido los últimos 21 km de la carrera. Su cronómetro se detuvo en 4:18:30 (sexta en su categoría).  Aprendió de las experiencias y errores ajenos (en esta parte si creo que colaboré con muchos ejemplos personales) y conoció que los límites están en nuestras mentes. 

Después del desayuno con el grupo de ruteros en una marisquería guayaquileña, fuimos al aeropuerto para tomar el avión de regreso. Al aterrizar en Quito, saqué mi celular para colocar un emocionado mensaje en twitter del sueño cumplido:

"De vuelta en Quito. La maleta viene cargando dos medallas de maratonistas. 

05:17 PM October 05, 2008 from TwitterBerry"

Esa fue su primera maratón.  Luego corrió la maratón de Lima, la maratón de Miami y el Guayasman (triatlón de distancia medio ironman). Cómo le convencí para que nadara una vuelta completa en las aguas heladas del lago Cuicocha es material para otra nota.


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