12 de agosto de 2009

¿Correr Ayuda a Las Rodillas?

Artículo original: Phys Ed: Can Running Actually Help Your Knees? (Gretchen Reynolds, NY Times)

Imagen de Life.com


Un artículo en Skeletal Radiology, un respetado periódico, causó algo de sensación en Europa el año pasado. Reportaba que investigadores del Danube Hospital en Austria examinaron la rodillas de corredores de maratón usando resonancia magnética, antes y después del maratón de Viena de 1997. Diez años después, revisaron otra vez las rodillas de los mismos corredores. Los resultados fueron llamativos. "No se encontraron mayores nuevos daños internos en las articulaciones de las rodillas de los maratonistas después del intervalo de 10 años", reportaron los investigadores. Solo uno de los participantes tenía una rodilla en malas condiciones, y había dejado de correr antes de la maratón del año 1997 (pero de todas maneras se le incluyó en el estudio). La resonancia de su rodilla de 1997 reveló lesiones en el cartílago, inflamación y otras anormalidades. En los años siguientes, la rodilla empeoró, mostrando aumento de tejido dañado y lesiones más serias. Su examen provocó que los investigadores se pregunten si hubiera sido mejor que persista como corredor, porque, especulan, "el ejercicio continuo es protector en lugar de destructor", para las rodillas.


No puede ser un corredor que pasa los 40 años, sin escuchar que correr arruinará sus rodillas, con lo que los fatalistas quieren decir usualmente que desarrollaremos "degeneración del cartílago en la rótula, lo que reduce su capacidad de amortiguamiento", dice Ross Tucker (fisiólogo). En otras palabras sufriremos artritis.


No es una suposición irracional; se ha ligado a otros deportes con problemas de artritis en las rodillas. En un estudio inglés, a casi la mitad de jugadores de fútbol de edad media se les encontró que tenían artritis hueso a hueso con incapacidad en al menos una de las rodillas. Ex-levantadores de pesas también tienen una alta incidencia, así como jugadores retirados de la NFL.


Pero a pesar de los mitos, los corredores no parecen ser propensos a la degeneración de las rodillas. Un importante estudio del 2008, de la Stanford University, siguió por cerca de 20 años, desde los inicios de 1984, a corredores de largas distancias (no necesariamente maratonistas) que estaban entre 50 y 60 años. En ese momento, el 6,7% de los corredores tenía problemas medianos de artirtis y el resto no. Después de 20 años, sin embargo, las rodillas de los corredores estaban más saludables, solo el 20% mostró cambios artríticos, versus el 32 por ciento de las rodillas del grupo de control. Apenas el 2% de las rodillas de los corredores tenían artritis severa. "Estábamos sorprendidos", dice Eliza Chakravarty, una profesora asistente de la escuela de medicina de la Universidad de Stanford y autora del estudio. "Manteníamos la hipótesis que los corredores, debido el golpeteo repetitivo, desarrollarían con más frecuencia artritis severa".


En lugar de eso, la evidencia reciente recomienda que correr puede proteger de alguna manera contra la artritis, en parte debido al tipo de surco de movimiento. Un grupo de ingenieros y médicos de Stanford publicaron un estudio en la edición de febrero del The Journal of Bone and Joint Surgery que mostraba que al mover y cargar a la articulación de la rodilla, como cuando se camina o corre, se "acondiciona" al cartílago a la carga. Crece acostumbrado a esos movimientos particulares. Puede correr por millas, décadas o toda la vida sin afectarla. Pero este exquisito equilibrio se rompe, usualmente por una lesión, los mecanismos de carga cambian, las partes móviles de la rodilla ya no están en la alineación acostumbrada y parece que se abre "una ruta degenerativa". El cartílago, como una llanta desbalanceada, se afecta. Lo que sigue es dolor, desintegración de tejido y eventualmente artritis.


Así que la mejor forma de asegurar que sus rodillas no estén heridas por correr es en primer lugar no lesionarlas. "El mayor vaticinador de una lesión es una lesión anterior", dice Tucker, y uno de los mejores métodos disuasivos en contra de una primera lesión de rodilla es un entrenamiento fuerte. "La cadera, los cuádriceps, pantorrillas y tronco deben ser fuertes. Cuando aparece debilidad, algunos de los otros músculos o articulaciones deben hacerse cargo y ahí es cuando aparecen las lesiones".

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