1 de agosto de 2010

Vuelta completa la laguna de Cuicocha



Una semana más tarde de nuestro primer ingreso a las aguas frías de la laguna de Cuicocha, nos encontrábamos nuevamente en el muelle de este hermoso lugar de la provincia de Imbabura.

Margarita, Christian, yo, Mary y Mario

Ahora el equipo era de cinco nadadores (Mary Ledesma, Margarita Ayala, Mario Jarrín, Christian Loaiza y yo) y un numeroso grupo de hinchas ... 13 personas: Elizabeth Galeano, Wendy Calapaqui y 11 míos (mi mami, mi hermano Jimmy, su esposa Jeaneth, mis tres hermosas sobrinas: Isabel, Nataly y Elisa, la flaca y mis cuatro hijos).  Así que no fue problema alguno llenar uno de los botes para que nos acompañe en la travesía.

Sofía y Pedro

Aprendida la lección de aclimatarnos de forma progresiva a la temperatura del agua, nos tomamos el tiempo necesario para acostumbrarnos al agua que ya no parecía tan fría.  Ahora el objetivo era más ambicioso ... buscaríamos darnos la vuelta completa (aunque usaríamos aletas).


Arranqué con la tranquilidad de tener un bote que estaría pendiente de todos los que estábamos en el agua (de eso, estaba completamente seguro, se encargarían nuestros acompañantes). Me resultó fácil entrar en ritmo y mantener la dirección.  Mary, la más experta de los cinco, acompañó los primeros kilómetros a Mario y Christian, mientras Margarita nadaba con su habitual calma.


Me sentí bien, incluso tuve la oportunidad de sacarme las gafas y desempañarlas (algo que me parecía bastante difícil).  Cada cierto tiempo se me acercaba el bote para verificar que no tuviera problemas y regresaba a resguardar al resto del equipo.

Una hora treinta más tarde estaba arribando al muelle de partida después de recorrer una vuelta completa.  El objetivo era entrenar nuestra capacidad de navegación para mantener un trayecto lo más recto posible, y creo que estamos cerca de conseguirlo.  Mis dos compañeros de aventura, Mary (sin aletas) y Christian también completaron la vuelta, mientras Margarita y Mario nadaron lo suficiente como para cumplir sin inconvenientes su próximo triatlón de 113 Km en dos semanas (Guayasman 2010).

Canelazos y algunos snacks al salir del agua y después a almorzar en Atuntaqui (fritada, choclos, habas, papas cocinadas, etc).  En el viaje de retorno a Quito, visita a la plaza de los ponchos de Otavalo y finalmente chocolate con  bizcochos y queso de hojas, en Tabacundo.  Una hermosa jornada dominguera.

– Fotografías de Salomé Torres


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2 comentarios:

  1. muy bello post, el conjunto de este con el maravilloso marco de la familia y amigos, bendita felicidad.
    me ha llenado.
    gracias por compartirlo.
    un abrazo.
    Joan.

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