29 de abril de 2011

Hay dos clases de personas en el mundo

Artículo original: THERE ARE TWO KINDS OF PEOPLE IN THE WORLD (Chris Dixon)

Los que empezaron una compañía y los que no. “Empezar” no significa unirse tempranamente como uno de los trabajadores, o invertir o asesorar o ayudar. Significa empezar sin dinero, sin ayuda, sin nadie que crea en usted (excepto quizás sus amigos más cercanos y la familia), y construir una organización desde un cubículo arrendado con tarjeta de crédito y sin lugar para dormir excepto la oficina. Casi de forma invariable significa ser menospreciado por los inversionistas arrogantes que asoman con media hora de retraso, sin preparación y que en lugar de decir “no” le dan rechazos con falta de compromiso como “invertimos en compañías más grandes.” Significa mirar directamente a los ojos a los futuros empleados y convencerles de dejar la seguridad de sus empleos actuales, renunciar a todo y apostar todo por usted. Significa tener expertos en la prensa y en los blogs que nunca construyeron algo criticándole y señalando cada uno de sus errores. Significa mantenerse despierto toda la noche  preocupado sobre como conseguir efectivo y tener un permanente nudo en el estómago todo el día por el temor de decepcionar a la gente que creyó en usted y que tengan razón los que dudaron de usted.

No me importa si tuvo éxito o fracasó, si es Bill Gates o un empresario desconocido que dio todo para que funcione y que no se rindió. Lo importante es si arriesgó todo, puso su vida en un hilo, hizo compromisos con los inversionistas, empleados, clientes y amigos, e intentó —en contra de todas las fuerzas del planeta que buscan derrumbar las ideas nuevas— hacer algo nuevo.

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