8 de noviembre de 2008

Lecciones de Desarrollo Personal de una Maratón


Artículo original:  Personal Development Lessons from a Marathon  (Craig Harper/LifeHack.org)


El Placer y el Dolor


Recientemente fui a la Melbourne Marathon, aquí en Australia, para mirar a algunos de mi equipo castigarse por 42,2 Km.  ¡Aaah! el placer y el dolor de todo esto.  La agonía y el éxtasis.  Todos finalizaron y todos lo hicieron bien.  Bien hecho chicos.  Les acompañe en mi bicicleta. Así pude pedalear junto a estos locos por un momento para ofrecerle un poco de apoyo, alguna distracción momentánea del dolor y algunas frases de aliento.  Tengo que decir, que en mi lista actual de pendientes, el correr una maratón está lejos del tope.  No creo que mi cuerpo de 210 libras disfrutaría la experiencia de cruzar la meta.  Habiendo dicho eso, debo admitir que adoro verles y ser parte de esa energía increíble.  Aunque sea del grupo de motivadores.  Si no se logra inspirar al ver miles de personas ordinarias haciendo cosas extraordinarias,  entonces está muerto.  Un mar de humanidad moviéndose en la misma dirección literal y metafóricamente  ¿Dónde más podría ver a tanta gente trabajando a su máxima capacidad y explorando sin miedo y con pasión su potencial para alcanzar una meta común y personal?


Un evento de Buenas Sensaciones


Ver a la gente explorar sus límites y descubrir su propia versión de 'espectacular' pone mi piel de gallina.  Irónicamente, cuando la gente está agotada y con dolor es con frecuencia cuando vemos lo mejor de ella.  Sus seres genuinos. Sin #$@, sin actuaciones, sin mentiras, sin diálogos sin sentido.  No tienen tiempo ni energía para basura.  A pesar del obvio dolor físico, una maratón es un evento de buenas sensaciones.  Existe aliento universal e incondicional, amistad, cuidado, compasión y soporte.  Ver a completos extraños corredores y espectadores alentando, soportando y ayudando a gente a lo largo del recorrido es increíble.  Sobre el recorrido de un par de horas vi a miles de personas sin ira, sin violencia y sin negatividad.  De hecho, todo lo contrario.  Estuve al lado de un tipo viejo y aparte de sus sesenta y algo años, parecía estar en una misión personal de alentar a cada corredor que cruzaba la meta.  Hablaba constantemente, alentaba e inclusive aplaudía a los corredores que estaban en la otra dirección (era un recorrido de ida y vuelta).


La ensalada de corredores


Los atletas de élite, máquinas de correr de alto rendimiento, etíopes que corren casi sin tocar el piso, tipos duros con botas y mochilas, una chica con pies descalzos, una mujer con su cabeza fijada a 45 grados, dos tipos usando pantalonetas  de correr brillantes de los ochentas, jóvenes machos alfa que empezaron a entrenar tres semanas atrás, el tipo con la raqueta y pelota de tenis, la mujer con la peor técnica para correr del mundo, la mujer gordita que "finalizará no importa como", el niño de once años con headphones y que canta mientras corre, el equipo hi-tech y la brigada de la vieja escuela ... todos están allí.  Todos alineados de lado a lado.


Mucho más que solo 'una carrera'


Siendo un motivador de nacimiento, entrenador y alentador, no podía ayudar pero estaba totalmente involucrado en el momento; las emociones, las batallas sicológicas, el dolor físico; las barreras que se van rompiendo, los miedos superados, el coraje, la disciplina e incluso las vidas que están siendo cambiadas.  Conozco todos esos sonidos de alguna manera melodramáticos pero para mucha gente correr una maratón (o alcanzar alguna meta significante que importe) es sin duda un cambio de vida, una experiencia de alteración de la mente.  Tiene el potencial de cambiar la manera de pensar de la gente, del comportamiento y de realización – en todas las áreas de la vida.  Para toda la vida.  Redefine sus estándares, sus expectativas e inclusive sus creencias.  Se vuelven más fuertes, más decididos y tienen un mayor enfoque y comprensión de su propio potencial. Es verdaderamente maravilloso lo que podemos alcanzar cuando dejamos de hablarnos a nosotros mismos de la derrota y encontramos un camino en lugar de una excusa.


Haciendo lo que la mayoría no hace


Cuando perseveramos y hacemos lo que la mayoría de gente (no solo un maratón sino cualquier desafío), aprendemos, crecemos y cambiamos.  Cuando endurecemos la comodidad, enfrentamos el miedo y trabajamos por un desafío, nos volvemos una mejor versión de nosotros.  Somos más fuertes.  Más decididos.  Más capaces.  Desarrollamos nuevas habilidades.  Vemos las cosas de manera diferente y empezamos a producir mejores resultados en nuestro planeta  ¿Porqué la gran mayoría de las personas que corren una maratón la terminan?  Porque se prepararon.  Trabajaron.  Estuvieron incómodas de forma consistente sobre un extenso período de tiempo.  Se pusieron fuertes y en forma.  Hicieron lo que la mayoría no.  Hicieron lo que necesita ser hecho para producir un resultado excepcional en su mundo.  Los corredores de maratones entienden lo que se necesita para tener éxito.  Entienden los conceptos de disciplina, auto-control, superación del miedo, manejo de la incomodidad, determinación y perseverancia.  Entienden que, con más frecuencia, el éxito no tiene nada que ver con el potencial, la edad o la genética y todo que ver con la actitud y el trabajo fuerte.


Gracias y felicitaciones a todos los bravos corredores que me inspiraron ese día.

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