10 de febrero de 2010

Fortalezca Su Mente

Artículo original: Head Strong (Edición impresa de enero/febrero 2010, página 53, de SobeFit)


Nuestros procesos de pensamiento influyen en nuestra capacidad para obtener metas personales y de nuestra profesión, y un estudio reciente muestra que la forma como pensamos y en lo que pensamos puede tener un impacto significativo en el desarrollo de nuestros músculos, de nuestro estado físico, en la pérdida de peso y en la adherencia al ejercicio.


Cuando se tiene un pensamiento o una imagen al soñar despierto, se liberan ciertos químicos en el cerebro que causan reacciones locales y algunas veces en el cuerpo, incluyendo los músculos. Si controlamos nuestras percepciones, pensamientos e imágenes de forma apropiada, estos procesos podrían tener impactos positivos en lo físico y efectos sicológicos en las actividades deportivas y de ejercicio.


Desafiando las percepciones


La sicóloga Ellen Langer, de la Universidad de Harvard, decidió examinar como las percepciones individuales afectaban, a pesar del ejercicio diario, las medidas corporales, el peso y la presión sanguínea. Estudió a empleadas de un hotel cuya actividad física diaria excedía al promedio recomendado. Irónicamente, la mayoría de estas mujeres no se percibían como físicamente activas. Después de un mes de la recolección inicial de datos y de informar a las participantes que eran físicamente activas, las medidas físicas fueron nuevamente tomadas. Los resultados revelaron que a las personas que se les dijo que eran físicamente activas disminuyeron su presión sanguínea sistólica, perdieron peso y redujeron su relación cintura-caderas. Langer hipotetizó que estos resultados ocurrieron debido a que las percepciones de sus niveles de actividad cambiaron. Aunque algunos investigadores cuestionaron la confiabilidad de estos descubriemientos, otros estudios han apoyado nociones similares relacionadas con el pensamiento positivo y los comportamientos del ejercicio.


Se ha demostrado que el pensamiento positivo mejora la salud, el desempeño en el ejercicio, la adherencia al ejercicio y un optimismo general en la vida. De manera específica, el estudio indicó que los individuos que piensan que pueden perder peso o incrementar su actividad física típicamente lo hacen. Aunque hay poca evidencia para sugerir que solo pensarlo le hará mejorar su estado físico (aunque pensarlo quema más calorías que no pensarlo), datos amplios respaldan el hecho que el pensar sobre hacer algo típicamente es el precursor para en realidad hacerlo.


Imagínelo


La imaginería mental también es un factor en el puente mente-músculo. Esta es una forma de estímulo mental que involucra la creación de un cuadro o experiencias en la mente. Estas imágenes pueden ser muy simples (imaginarse tener grandes bíceps) o muy elaboradas (imaginándose compitiendo en un triatlón). Un estudio que usó tomografías de emisión de positrones (PET) y electromiografías (EMG) demostró de manera consistente que la imaginería estimula al cerebro y a la actividad muscular. La imaginería ha complementado las terapias físicas para ayudar a pacientes de infartos a mejorar los impulsos nerviosos musculares y a disminuir la atrofia muscular. Además, muchos entrenadores personales recomiendan usar imaginería para ayudar a sus clientes a enfocar la ejecución correcta de los ejercicios, promoviendo ganancia en fuerza y resistencia. Los estudios también demuestran que la imaginería está asociada positivamente con la motivación para el ejercicio, auto-eficacia y la frecuencia del ejercicio, todo lo cual produce ganancia en fuerza, flexibilidad y resistencia aeróbica.

Related post



No hay comentarios:

Publicar un comentario