1. El compromiso es pasión
Pasión obsesiva, quizás. Alguien que está realmente comprometido no puede dejar de hacerlo. No se puede vivir sin conseguir la causa o estar con al persona que le interesa. Estar comprometido le da gran placer –estar con la persona que ama, trabajar en un proyecto que cree, etc., son satisfacciones profundas de la persona que está comprometida.
2. Compromiso es acción
Las acciones hablan más alto que las palabras. Una persona que está comprometida muestra ese compromiso una y otra vez en sus acciones. Si sus acciones no están acorde con su compromiso, simplemente no está comprometido. Puede tener una creencia, un presentimiento, una preferencia, un deseo, pero no un compromiso.
3. Compromiso es obligación
Lo que separa el verdadero comprometido del resto es como abraza las partes más desagradables del trabajo, apretando los dientes y tomando el trabajo que el resto de nosotros no queremos hacerlo. Es aquel padre limpiando la alfombra a las cuatro de la mañana, la esposa ayudando a su pareja avejentada a entrar y salir del baño, la ejecutiva que cruza todo la sala para disculparse en persona por los malos resultados de una campaña de mercadeo, el bombero que se mete en el incendio porque escuchó que alguien gritó. Realiza esas cosas no por diversión o placer sino porque su compromiso le demanda hacerlo.
4. El compromiso es más grande que el ego
Los compromisos son personales, pero también se trata de relaciones. El artista comprometido sacrifica todo para expresar su visión interna del mundo. El amante comprometido cuida con prioridad a su pareja. El activista comprometido crea un mundo mejor no para él sino para las futuras generaciones. Un compromiso verdadero abraza al mundo.
5. El compromiso es voluntario
El compromiso es una obligación, si, pero es una obligación escogida con libertad. Inclusive el soldado escoge ser un héroe en el calor del combate o no. Es esa selección lo que le hace un compromiso – sino sería esclavitud.
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