28 de julio de 2008

Correr con Inteligencia Emocional

Imagen de Runner's World

Artículo original:  HEAD CHECK


Warren Finke lideraba las 50 millas del 1983 Pacific Coast Trail, una ultramaratón cerca de San Diego, cuando un voluntario de la competencia equivocadamente le dirigió hacia un punto que le hizo pasar el punto de vuelta no marcado.  Corrió cerca de una milla antes de que otros voluntarios le corrijan.  Cuando regresó, vio a sus contrincantes virando al ya marcado punto, quitándole el liderazgo.


Estaba furioso, dice Funke, 66, ahora codirector de la Portland Marathon Clinic en Oregon.  "Me senté y dije, 'Al diablo, no correré más."  El director de la carrera le persuadió para regresar a la carrera.  "Decidí intentar alcanzar a la gente que iba delante mío, y después se puso casi divertido", dice.  "Terminé en primer lugar".  Ahora, Finke comparte esta historia con los clientes para mostrar como las emociones fuera de control pueden sobrepasar a los pensamientos racionales e interferir con las metas de las carreras.


Los corredores competitivos pueden tener más que perder cuando dejan que sus emociones les controlen, pero los corredores recreacionales también pueden sufrir  cuando sus sentimientos gobiernan sus cabezas.  La ansiedad del día de la carrera o la ira hacia un competidor grosero pueden sabotear su desempeño.  Por suerte, existe una alternativa a desarrollar que los sicólogos del deporte la llaman inteligencia emocional (EQ), la habilidad para estar consciente de los sentimientos, evaluar como afectan a su comportamiento y, si es necesario, cambiar a un mejor estado de la mente.


"Las emociones tienen una función", dice Cal Botterill, Ph.D, un profesor de sicología del deporte de la Universidad de Winnipeg quien asesora a los atletas olímpicos.  "Si no estamos nerviosos por una carrera, no nos podemos preparar adecuadamente.  Si no nos sentimos culpables al no hacer una larga, nunca encontraremos la motivación para llegar a ser un corredor más fuerte.  Nunca controlará totalmente sus emociones, pero puede aprender a manejarlas".


Aquí está como la inteligencia emocional puede ayudarle a responder positivamente a escenarios comunes en las carreras.


La situación:  En una nueva ruta, encuentra una cuesta empinada.  Su ritmo cardíaco se incrementa solo con verla, y piensa, nunca llegaré a la cima.


Actitud inteligente:  "Su cuerpo está teniendo una reacción fisiológica, un incremento de adrenalina, basada en el miedo, fundamentada en pensamientos negativos",  dice Jack Bowman, Ph.D., director del  Mind Plus Muscle Institute for Applied Sports Psychology on Long Island, New York.  Para manejar esta reacción, Bowman dice dar un giro negativo en el pensamiento negativo para hacerlo positivo –pensar en la adrenalina como el combustible que le llevará a coronar la cuesta.


La situación:  Los pronósticos de tiempo indican una ola de calor, una tormenta de nieve en el día de la competencia o de un entrenamiento importante, haciéndole entrar en pánico.


Actitud inteligente:  La preparación le ayuda a manejar mejor las sorpresas, dice Botterill.  Si se preocupa por tener una carrera en el calor, asegúrese de hacer algún entrenamiento en temperaturas calientes –realice algunas corridas en una caminadora si no vive en un clima caliente.  No puede entrenar exactamente para la lluvia y la nieve, así que Botterill recomienda usar la visualización.  Imagine la sensación de lluvia en su cara. También, realice un enfoque práctico para su preparación comprando equipamiento de calidad que le protegerá de estos elementos.  Al hacer eso le dará la sensación de controlar esos factores que se salen de control.


La situación:  El no conseguir una meta de tiempo puede deprimirle por el resto del día.  O de la semana.  O del mes.


Actitud inteligente: Darse cuenta que un desempeño decepcionante es una oportunidad de mejora, dice Barbara Meyer, Ph.D., profesora de sicología deportiva en el departamento de ciencias del movimiento humano de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee.  Meyer pide a sus clientes registrar sus estados emocionales y físicos después de cada entrenamiento y usar esos datos para fijar sus metas.  Este documento puede revelar que se estaba sintiendo presionado en su última competencia porque el recorrido tenía más cuestas de las que esperaba.  Así que su meta, dice Meyer, sería hacer más entrenamiento de cuestas antes de intentar ese evento otra vez.  El mismo consejo es válido para un buen desempeño.  Si consiguió un récord personal, revise que hizo para prepararse y así poder incrementar las  posibilidades de repetir esa actuación.


La situación:  El no conseguir una meta de tiempo puede deprimirle por el resto del día.  O de la semana.  O del mes.


Actitud inteligente: El entusiasmo es una emoción positiva, pero si es muy fuerte, también puede causar imprudencia.  "Los corredores que se emocionan demasiado pueden distraerse y presionarse demasiado, causando que se salgan del ritmo o se lesionen", dice Kate Hays, Ph.D., un sicólogo deportivo basado en Toronto.  Hays sugiere que tener una estrategia que le permita controlar su ritmo.  Practicar mentalmente su plan puede ayudarle a controlar cualquier imprevisto súbito en el día de la carrera.  También, recomienda Hays contar los pasos o repetir un mantra para ayudarlo a mantener el momento.


La situación:  Un competidor le empuja en una estación de hidratación, causando que su bebida se le derrame en su ropa.  Pasa toda la siguiente milla fantaseando en la venganza.


Actitud inteligente:  La ira quema energía, dice Meyer.  Incrementa su ritmo cardíaco y presión arterial, consumiendo el combustible que necesita.  "Dese un tiempo, unos cinco segundos, para experimentar su ira, y enfóquese otra vez en su carrera", dice.  "Después de la carrera puede tomarse unos 30 minutos para escribir sobre eso, lance botellas a la pared – o cualquier cosa que le funcione.


Test para evaluar su EQ


¿Cuán fuerte es su inteligencia emocional para correr?


  1. Durante su trote de enfriamiento en la pista local, alguien mayor que usted le pasa a toda velocidad.  Usted:
    1. Acelera, presionándose hasta que lo pasa.
    2. Sigue con su enfriamiento, pero espera que nadie haya visto la escena.
    3. Piensa, wow, está en gran forma para su edad, y regresa su enfoque a su entrenamiento.
  2. Preocupado por no haber dormido la noche anterior antes de su primera maratón, usted:
    1. Toma una pastilla para dormir esa noche.
    2. No hace nada.  El estar nervioso puede ayudarle a correr mejor.
    3. Visualiza las horas que faltan para el inicio, viéndose calmado, relajado y bajo control.
  3. Unas pocas semanas antes de la carrera, su médico le dice que tiene una fascitis plantar y le pide que deje de correr por un mes.  Usted:
    1. Continúa corriendo a pesar del dolor.
    2. Realiza trabajos en la caminadora para mantenerse en forma para el día de la carrera.
    3. Escoge una meta diferente y realiza entrenamiento en otra disciplina hasta estar listo para reasumir las carreras.
  4. Si la mayoría de las respuestas fueron A, su EQ es baja. Depende de sus emociones y reacciona de acuerdo a ellas, buscando por una solución inmediata, en lugar de manejarlas para salud de largo plazo y felicidad.  Si la mayoría de las respuestas fueron B, su EQ es promedio.  Está pendiente de sus sentimientos pero podría mejorar en como las maneja. Si la mayoría fueron C, su EQ es alto.  Tiene cuidado emocional y practica los métodos correctos para manejar sus sentimientos. 

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