23 de julio de 2008

La última carrera (1/7)

Foto de Erika Larsen (Runner's World)


Artículo original:  The Last Run


Joven, en forma y competitivo, Kelly Watt fue a correr en el momento más caliente del día en el tiempo más caliente del año.  Lo que le pasó sirve como advertencia para todos los corredores.



El día de la carrera final de Kelly Watt, el 26 de julio, empezó muy bien: se fue a dormir.  En la mayoría de las mañanas del verano, el recién graduado de 18 años se levantaba a las seis de la mañana para una carrera de 50 minutos.  Después se reportaba a la empresa de lavado de carros, donde el secaba furiosamente a los carros que salían del lavado con jabón.  Hacía calor, el trabajo físico en el asfalto negro vaporoso durante el verano más caliente era un desafío, pero Watt nunca se quejaba. Simplemente no era del tipo que se quejaba.


El 26 de julio era martes, día libre de Watt, necesitaba ese tiempo extra. Había estado levantado hasta tarde la noche anterior, escribiendo sobre la reciente muerte por insolación del jockey Emanuel Jose Sanchez en el Colonial Downs. Watt tenía una columna semanal de deportes, "Sports Wrap", en un periódico de Charlottesville llamado The Hook.  Su padre, Paul, pensaba que la columna requería mucho tiempo, y le costaba a Kelly horas de sueño.  Paul inclusive trató de sobornar a Kelly ofreciéndole pagar por no escribir la columna.  Pero Kelly no cambiaría.  Le encantaba escribir sobre deportes y además no era del tipo que aceptaba sobornos.


Después de dormir hasta cerca de las nueve de la mañana, Watt llevó a su hermana a la práctica de tenis y luego regresó a la casa para trabajar en su próxima columna.  A las dos de la tarde se reunió con su madre y hermana en el consultorio del dentista, donde tenía una profilaxis.  Una hora después, manejó otra vez.  "Voy a correr en Panorama", le dijo a su madre, refiriéndose a su recorrido favorito de campo-traviesa conocido por todos los corredores de Charlottesville.  "Regresaré para cenar alrdedor de las 6:30".


Sin embargo, Watt no corrió en Panorama.  En su lugar, manejó algunos minutos más lejos, hacia Ridge Road, otro estándar de Charlottesville.  Watt habría ido allá debido a que pensaba que el alto sendero y la sombra de los árboles harían a Ridge Road más fresco que Panorama.  Nunca lo sabremos.


Parece muy claro.  La temperatura,  intensa por días, había alcanzado más de 90 (32ºC); la humedad era muy alta; el sol calentaba furiosamente. Podría llamar a esto una tormenta perfecta, no de fenómenos oceánicos sino de condiciones extremas de calor.  Watt iba a correr un duro entrenamiento, solo, en el tiempo más caliente del día.  Lo que le pasaría fue trágico, extraño y lleno de lecciones importantes para los corredores.


Cerca de las cuatro de la tarde, Watt se estacionó en la esquina de Ridge Road y Garth Road, Route 614.  Al salir del carro, probablemente tomó un sorbo de su botella roja de agua.  Nunca iba a sitio alguno sin ella, tomando el líquido de manera tan regular que sus amigos le hacían bromas al respecto: "Vamos, Kelly ¿no crees que ya es tiempo de una nueva botella?" Pero el no pensaría en descartar a su botella favorita, ganada en una carrera local. Más tarde, empezó su carrera, intentado que valga la pena.


Mientras Watt había sido un corredor de élite en Albemarle ... seguir leyendo

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