Cold Play en el Rockefeller Center - Foto de Juan Carlos Bermeo
Apenas había retomado las actividades regulares después del viaje a la Drupa en Alemania cuando me pidieron que asista a una importante reunión en New York. Los talleres de trabajo estaban programados del martes 22 al jueves 24, pero por cupos de avión viajaríamos desde el sábado 19 de junio.
Había estado en los EEUU en algunas ocasiones pero no había tenido la oportunidad de ir a la Gran Manzana. Conocía de la gran cantidad y diversidad de gente circulando por las calles de la ciudad, de la estatua de la libertad, de la Bahía de Hudson, de los museos, puentes y del famoso Central Park, pero me quedé muy corto con las expectativas que tenía.
Llegamos al aeropuerto de La Guardia la noche del sábado y al Hotel St. James (que se encontraba a media cuadra del famoso Times Square) cerca de las 23h00. Dejamos las maletas y en pocos minutos éramos parte de un enorme río de gente circulando por las veredas de un lugar lleno de letreros, pantallas gigantescas deslumbrantes y de almacenes con todo tipo de ofertas: Swatch, M&M, ESPN Zone, NBS Store, Toys "R" US, etc.
El domingo debía correr la larga de 20 Km por lo que la noche anterior ya había localizado la ruta hacia el Central Park, así que a las seis de la mañana trotaba hacia el pulmón de Manhattan. No era el único. Muchos ciclistas y corredores ya estaban realizando sus recorridos. Seguí la ruta marcada para los corredores (sentido antihorario) y manejando un ritmo aeróbico empecé mi experiencia en Central Park. Habían pasado más de 45 minutos y no había completado una sola vuelta. El parque es gigantesco, si hago una comparación con Quito es parecido al perímetro que cubrimos en el circuito de maratón de la Cruz del Papa, El Inca y Marriot. Diez minutos después llegaba al punto de origen, el recorrido tenía una longitud cercana a los 10 Km (mi Garmin 301 perdía con frecuencia la señal del satélite por lo que no tenía el dato exacto). Antes la falta de información GPS, decidí completar la larga por tiempo. Después de 2h10 había finalizado mi primera experiencia en Central Park, un lugar exuberante en vegetación e infraestructura, con puestos de hidratación para los corredores y con todas las facilidades para las actividades deportivas y de descanso del ciudadano newyorkino y su familia.
El lunes realicé un trote suave de una hora. El martes y miércoles tuvimos las reuniones desde muy temprano, pero el jueves busqué el lugar apropiado dentro del parque para realizar el entrenamiento 'óregon': 18 ejercicios de fuerza para brazos, abdomen y piernas que tienen una duración de 30" y un 'período de descanso" en un pique de 100 m. El viernes troté suavemente una vuelta al parque y el sábado me despedí de este hermoso lugar con una larga de 18 Km.
Si bien es cierto que de los siete días pude entrenar cinco, alrededor de 60 Km, debo contarles que caminamos un promedio de 8 horas diarias y que es justo añadir esos kilómetros a mi entrenamiento de esa semana. Aprovechamos hasta el último minuto para conocer todo lo que era posible terminando cada jornada con un tremendo dolor en los pies. Recorrimos la segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta, séptima y octava avenidas ingresando a la gran mayoría de los almacenes, verdaderas galerías de arte de marcas como Versace, Gucci, Prada, Tiffany & Co., Abercrombie & Fitch, Lindt Chocolate, Apple, etc.
El lunes fuimos a la zona cero, al mall recomendado de la zona, el 21st Century y al famoso barrio chino en cuyos locales comerciales ofrecían los últimos modelos en accesorios vistos en la quinta avenida pero a precio de bahía. Las réplicas eran idénticas e inclusive tenían el correspondiente certificado de autenticidad. Los maestros de la piratería en pleno NYC.
La noche del martes cenamos en el conocido restaurante de comida italiana Babbo, y siguiendo la recomendación de nuestros anfitriones escogimos el PASTA TASTING MENU: cinco tipos de pasta con cinco vinos diferentes más tres postres con otros tres vinos más. Estuvo delicioso (claro que lo que allí se consumió se quedó en Central Park y en las calles de NYC).
En los otros días tuvimos la oportunidad de conocer otros interesantísimos lugares como el Museo de Ciencia Naturales con sus espectaculares muestras en escala 1:1 de dinosaurios y donde pudimos observar el impresionante documental, narrado por Robert Redford, Cosmic Collisions. En avisos de la calle nos enteramos que en esa semana se encontraba en NYC, Bodies ... The Exhibition. El local se encontraba en al sector del mercado de Fulton y fuimos testigos de una asombrosa presentación del cuerpo humano. En este mismo sector pudimos apreciar la 'cascada artificial' instalada en el puente de Brooklyn.
El viernes almorzamos en el barrio italiano (otra vez pasta en vista de la larga de 18 Km del sábado) y el sábado probamos las llamadas 'mejores hamburguesas' de NYC, las de Shake Shack.
Por si lo mencionado no fuera suficiente, mi compañero de viaje, Juan Carlos Bermeo, quien me había comentado que habría sido grandioso asistir al concierto del cuarteto británico Cold Play que se había realizado el lunes 23, tuvo una agradable sorpresa. La madrugada del viernes 27 salí a correr en Central Park y JC quedó en la habitación. Al retornar al hotel me contó emocionado que había estaba viendo la televisión y que de repente indicaron que Cold Play daría un concierto gratuito en el Rockefeller Center, a pocas cuadras del hotel. Se había levantado instantáneamente y a los pocos minutos estuvo cantando y saltando con las melodías de uno de sus grupos favoritos de música ... ¡Cosas de NYC!
Retornamos el domingo en la noche con la satisfacción del deber cumplido a nivel profesional y deportivo y con una gran cantidad de recuerdos y sabores de esta impresionante ciudad estadounidense. Los maratonistas inscritos en los 42,2 Km de New York del 2 de noviembre, además de participar en tan magno evento tendrán la oportunidad de disfrutar de éstas y muchas más opciones que ofrece la Gran Manzana.
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