Artículo original: The Last Run
"Mientras más órganos mueren, más duro para los otros trabajar", dice Koenig. "Kelly simplemente sufrió demasiado daño de los tejidos. Deseo que el supiera por que. Algunas veces un atleta presiona tanto que perfora el sobre".
De acuerdo con el National Center for Catastrophic Sport Injury Research, Watts es el único corredor colegial muerto por insolación desde 1982. También es posible que sea el único que haya muerto de insolación mientras entrenaba. Los corredores que sufren de insolación en una competencia tienen la ventaja de la proximidad de equipos médicos de emergencia que los salven con hielo.
Cuatro días después, más de 600 dolientes abarrotaron la Christ Episcopal Church para el funeral de Kelly. La loa fue realizada por Dev Tyson, la directora de atletismo del Albemarle High School. "Kelly era muchas cosas para muchas personas, pero Kelly no era del todo complejo", dijo. "De hecho, amaba las cosas simples. Tenía dos grandes pasiones: el periodismo y correr. Era muy fácil apoyar y querer a Kelly. Le admiramos, le respetamos, nos movía, nos hacía reír, nos hacía llorar. Pero la mayoría de las veces, nos hacía mejores".
A finales de agosto, la hermana de Kelly, fue a su segunda temporada de práctica del campo traviesa, sorprendiendo a sus entrenadores y compañeros de equipo, quienes al final de la temporada votaron por ella para capitán del equipo del otoño del 2006. Casi a un año después de la muerte de su hermano, dice, "Las cosas que más extraño son las largas charlas que teníamos en las noches cuando venía a mi cuarto y se sentaba en mi cama. Nos abríamos uno a otro como nadie. Extraño el sonido de su voz, y lo extrañaré toda la vida".
En noviembre, en la primera competencia de dos millas Kelly Watt Memorial en las Haciendas Panorama, Paul Watt corrió su primera carrera en 24 años, usando un par de los favoritos New Balance 911 de Kelly y un gorro que le gustaba a su hijo. Morgan corrió con los pantalones de Kelly. Paige Watt usó una de las camisetas de su hijo y caminó el recorrido. Le dio tiempo para pensar. Ha pensado mucho, y todavía no puede entender por que murió su hijo. Desea, por supuesto, que Kelly se hubiera saltado ese entrenamiento en ese día de julio. O que hubiera corrido con un amigo. O que nunca se hubiera presionado tanto a sí mismo.
Pero también se dio cuenta que un hombre joven que se comportaba de esa manera no habría sido el chico flaco de los ojos cruzados que tanto amó. "No le podía pedir que sea menos de lo que era", dice. "No le podía amarrar o esconderle la llave del auto o ponerle límites. Quería un hijo que tenga sueños, y Kelly los tenía. Quería un hijo que alcanzara sus metas, y Kelly las alcanzaba."
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